SANTIAGO DE COMPOSTELA 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La compañía Cobre San Rafael, impulsora del proyecto de la mina de Touro, ha negado "rotundamente" las acusaciones de ecologistas, que aseguraban que la compañía pretendía verter más de 1.500 millones de litros de agua residual y fecales a la cuenca del río Ulla.
Así ha salido al paso la empresa después de que esta mañana Ecoloxistas en Acción asegurase que la propietaria de la mina de Touro pretendía verter al dominio público hidráulico unos 1.440 millones de litros de agua residuales y cerca de 535.000 litros de fecales al año.
En un comunicado, los ecologistas subrayaban que este vertido, además de residuos industriales, acarrearía metales pesados, por lo que afectaría "gravemente" a la cuenca del río Ulla.
Según indicaban, gran parte del vertido serían aguas residuales industriales procedentes de los lavaderos de camiones de la planta de reciclaje de silos o agua del proceso de lavado de áridos.
"Todas esas aguas serán vertidas al río Pucheiras y, aunque la minera dice que serán previamente bombeadas a una planta de tratamiento de aguas, donde se tratarán químicamente, Ecoloxistas en Acción suma al peligro de una defectuosa o insuficiente depuración que dichas aguas arrastren metales pesados procedentes de los depósitos de estériles de la antigua mina cerrada hace más de 30 años sin plan de restauración", añadían los ecologistas.
"PERFECTAS CONDICIONES"
Pese a esto, Cobre San Rafael ha explicado que la solicitud a la que alude la organización ecologista es el permiso para recuperar el agua del entorno de la antigua mina de Touro y devolverla en "perfectas condiciones" al medio natural, una vez recogida y tratada convenientemente en una planta de tratamiento que la empresa ha construido.
"La aprobación de esta descarga de aguas limpias desde la nueva planta de aguas, junto con el resto de infraestructuras que se han puesto en marcha, supondrá la culminación de un proyecto de rehabilitación integral de las aguas de la antigua mina de Touro, una iniciativa voluntaria de Cobre San Rafael en la que ha invertido más de 3,5 millones de euros, con la intención de solucionar un problema histórico de la comarca", ha reivindicado la firma.
Al respecto, la empresa ha asegurado que los estudios técnico-científicos que han dado lugar al diseño e implementación de esta solución han contado "con las mejores consultoras especializadas y expertos de la Universidad de A Coruña".
"La calidad de las aguas que se descargarían al medio estaría controlada tanto por auditoras independientes como por la propia administración competente, lo que garantiza que cualquier descarga de aguas desde la planta se hará con las estrictas condiciones químicas requeridas por la autorización. Esto logrará mejorar la situación de partida desde el primer momento, y a medio plazo solucionar totalmente la situación histórica heredada de las operaciones clausuradas hace casi 40 años", ha sentenciado la compañía.