Los 520 millones se reparten entre el bar Cascudo, el colegio Insua Bermúdez y trabajadores de muchos establecimientos
VILALBA (LUGO), 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
La desaparición a mediados de noviembre del busto de Fraga, del que todavía no hay rastro, era la noticia del año en Vilalba. Hasta este viernes, que la Lotería de Navidad ha dejado 520 millones de euros y a más de un millar de vilalbeses que se acostarán siendo ricos.
Las 130 series del número 71.198, compradas en su mayoría por vecinos de esta villa de algo más de 14.000 habitantes, han provocado desde el mediodía escenas de júbilo en varios puntos de la capital de la Terra Chá, con dos claros epicentros: la administración número 1 de Loterías de Vilalba y el bar Cascudo, en la parroquia de San Xoán de Alba.
A escasos 200 metros de la casa natal de Manuel Fraga Iribarne y también del pedestal que desde hace algo más de un mes luce vacío, sin el busto del fundador de Alianza Popular, se encuentra la administración Alcázar, la que vendió la mayor parte de los 1.300 décimos.
A su titular, Mari Carmen Fernández, le faltaban palabras durante toda esta jornada para explicar la alegría que supone "repartir tanta felicidad", y, para más 'inri', entre tanta gente conocida.
LA COMIDILLA
Y es que en Vilalba todo el mundo se conoce y en vísperas de la Nochebuena la comidilla se centrará en saber quiénes han sido los afortunados.
Así, por ejemplo, entre los agraciados se encuentran los profesores del colegio de educación primaria Insua Bermúdez, que se llevaron en torno a un centenar de billetes premiados de 'la Alcázar' (para todo el claustro y para los docentes jubilados).
Tres trabajadoras del hotel-spa de Santaballa, el periodista Toni López, de Goiriz; una profesora de formación profesional, varias empleadas del supermercado Gadis y un jubilado que tuvo un negocio de fontanería son solo otros ejemplos de los muchos agraciados este día en Vilalba.
En el algunos casos se da la circunstancia de hasta cinco décimos premiados en la misma familia, y también es habitual varios hermanos con el 'Gordo'.
Para ellos, el año 2017 no será el de la enigmática marcha de Fraga, ni el de las preocupaciones que generaron la polilla guatemalteca para los cultivos de la patata o la avispa velutina para las colmenas. Será el del 'Gordo'.
FIESTA EN EL BAR CASCUDO
"Esto es una fiesta, yo aún no me lo creo", comentaba David Eimil poco antes de la hora de comer en el bar Cascudo. Es el hijo del dueño y emocionado junto a su padre (a ambos se les conoce como 'o Cascudo') aseguraba que "el bar no se cierra".
Eso sí, "igual" toca "una semana de vacaciones", bromeaba el joven Eimil, con una botella de champán en una mano y una copa mediada en la otra.
A esas horas ya llevaba "15 o 16 abiertas", para brindar entre clientes, amigos y conocidos, que tras acudir al centro del pueblo trasladaron la celebración a este local habitualmente frecuentado por cazadores.
El número aquí lo escogió el mayor de los 'Cascudo', que, pese a ser el culpable del reparto de más de 200 millones de euros, se mostraba llamativamente tranquilo en medio de la algarabía y de la nube de periodistas.
OTROS 40 AÑOS
"Este es mi primer primero", destacaba con una sonrisa nerviosa la responsable de la administración Alcázar. Y es que en Vilalba tocaron no hace mucho cuartos y quintos premios, pero hay que remontarse a 1976 --un año después de otra 'pérdida', en este caso la de Franco-- para recordar otro 'Gordo'.
Lo rememoran los más mayores mientras otros, los que hoy no han tenido suerte, tratan de confiar en que no haya que esperar otros 40 años para que el azar vuelva a sonreír a la capital de la Terra Chá.