Ve "populismo" en el debate, revela que avaló la operación personalmente y avisa que los resultados "no son magia", sino por gestión "impecable"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 15 (EUROPA PRESS)
El vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, ha destacado que la entidad con la que se hizo en subasta en 2013 "era un banco escarallado". "Era un paciente en terapia intensiva y ahora está en condiciones de correr la maratón de Nueva York", ha aseverado.
Así se ha pronunciado, en rueda de prensa, a la pregunta de si considera que el precio que pagó por Novagalicia Banco --resultado de la privatización de las cajas de ahorro gallegas fusionadas-- fue muy barato. El valor fue de 1.003 millones de euros.
Al respecto de que socialmente se cuestione este precio, el banquero ha destacado que le "preocupa muchísimo que se haya tratado de hacer populismo" con un proceso de privatización que, según ha subrayado, "fue técnicamente manejado y se ganó en buena lid".
En este sentido, ha llamado la atención sobre que los resultados --con ganancias durante los tres años de gestión de los nuevos responsables-- "no son magia", y los ha atribuido a un "gran equipo de profesionales" en lo que considera "un caso de éxito" del que sentirse "orgullosos".
SACA PECHO
Escotet ha opinado que "quizás" la nueva dirección del banco cometió "el error de ser muy conservadora" en su respuesta sobre este aspecto. "Hemos pecado hasta de modestia", ha apuntado, para, a continuación, aprovechar para "sacar pecho" en representación de su equipo y del grupo de accionistas.
"Haciendo historia este fue un proceso de subasta competitiva donde no estábamos precisamente en las ligas menores, muy complejo y riguroso, y afortunadamente con reglas del juego muy claras y conocidas", ha defendido.
Ha recordado que participaron Santander, BBVA, La Caixa y tres de los fondos de inversión más grandes del mundo. "Para ganar era necesario superar al menos un 50% del precio del segundo competidor", ha destacado.
A renglón seguido, ha puntualizado que las "coberturas" se establecieron por "contingencias" como los acuerdos de exclusividad con las compañías de seguros, por los "problemas" de Pescanova, los de las preferentes y las cláusulas suelo.
"Pagamos un precio positivo que era la primera vez que se pagaba por una institución privatizada; todos los demás habían sido negativos y además con esquema de protección de activos", ha agregado.
Y, en este punto, se ha preguntado por lo que "al final" recibió, para responderse a sí mismo que un banco "escarallado". "La Novacaixagalicia de 2013 era una institución bien escarallada", ha remarcado.
En este sentido, ha rechazado cuando "se dice: 'bueno, esto fue un gran negocio", ya que las ganancias, según ha subrayado, son "fruto" de una "gestión impecable".
UNA MARCA DESTRUIDA
Sobre la institución "escarallada", Escotet ha llamado la atención sobre que "tenía pérdidas consecutivas" de varios años, una plantilla "totalmente desanimada y desnortada", sin que hubiese "un plan de negocio" y "llena de despidos masivos". También ha hecho referencia a la existencia de una marca "totalmente destruida", y una "absoluta obsolescencia tecnológica".
Además, ha señalado que, "sin comerlo ni beberlo", su nombre "apareció en todas las pancartas de todas las protestas de todas las plataformas" de las preferentes. Había "cero paz social, una situación especialmente complicada de resolver y además con un daño al nombre de un inversionista que acababa de llegar apostando por el futuro de la institución", ha enfatizado.
Con unos "sindicatos beligerantes" y "con razones, porque estaban ante el tercer ERE" y un clima laboral "complicado", Escotet ha proseguido apuntando que la "clave" en aquellos momentos era "desinvertir", incluso con "empresas serias y respetadas como Inditex y Estrella Galicia".
"Pero, además, los tribunales estaban llenos de demandas de todo tipos. De clientes, plataformas, accionistas, abogados, bufetes... En fin: una situación de la más absoluta conflictividad (...) y con fuga masiva de clientes", ha incidido. "Ese fue el banco que nosotros recibimos. Bien escarallado", ha ahondado.
UNA ENTIDAD CON POTENCIAL
Ha agregado que si decidió apostar por ella era porque creía en "el potencial que tenía", pero ha resaltado que en aquel momento "se dijo" que eran "unos dementes". "Que habíamos pagado un precio escandalosamente elevado", ha dicho.
A mayores, ha entrado en la "discusión" sobre que se pagó de forma aplazada, y ha calificado de "manipulación" sentenciar que como se hizo de esa manera se hizo "con recursos de la institución".
"Si es un precio aplazado es un precio mayor", ha sentenciado, antes de exponer que, a su juicio, era la fórmula "inteligente, técnica y legal de poder pagar un precio mayor" al de sus competidores "y poder ganar la subasta y no tener que ir a segunda vuelta".
En este punto, ha revelado que él, personalmente, fue "debidamente evaluado" cuando el FROB y el Banco de España aceptaron el precio aplazado, su solvencia y su capacidad de pago.
Así, ha asegurado que "tan convencido" estaba "del futuro de este proyecto", que, a título personal, dio su aval personal y puso su patrimonio para garantizar el pago.
Entre otros méritos, ha reivindicado el haber llevado de nuevo "la paz" a las calles, y ha destacado que "se resolvió el problema de Afundación, que no era viable financieramente". "No dejamos de llevar adelante la responsabilidad social", ha explicado.
Escotet también ha valorado el mantenimiento de la sede social en Galicia, entre otras muchas cuestiones, para concluir que, a su juicio, "lo que se ha hecho es un caso de éxito".
Ahora, ha indicado, "se dice que no se tendría que haber privatizado en 2013". Al respecto, ha advertido de que esa decisión no la tomó él, pero ha llamado a reflexionar sobre si "un banco en manos del estado podría llevar adelante un proceso de transformación" como el relatado, y "lograr semejantes resultados".
"Hemos hecho un trabajo impecable por sanear y sacar adelante al paciente de terapia intensiva como lo estaba y podemos exhibir estos resultados gracias a la buena gestión y a la inversión y la apuesta que hicimos por España", ha finalizado, antes de insistir en que, en su opinión, no se debe "hacer populismo a costa de un proceso que fue exitoso y que debía ser motivo de orgullo".
DIVIDENDOS Y CRÉDITOS FISCALES
Por otra parte, cuestionado por la política de dividendos --el año pasado y este 2017 el consejo de administración aprobó el reparto de unos 315 millones de euros--, Juan Carlos Escotet ha avanzado que la política en este ámbito "va a estar más ajustada" en adelante, con el objetivo de "sostener los niveles elevados de solvencia" de la entidad.
A mayores, el banco ha informado de que los resultados de 2016, con un beneficio neto de casi 334 millones, incluye la activación --porque "la proyección de beneficios a futuro así lo permite"-- de créditos fiscales por unos 90 millones de euros, de un total de 1.500 de los que dispone.