El experto Robert Hare estima que un 1% de la población "puede ser psicópata" pero aclara que "no todos" son delincuentes

Un estudio de la USC destaca que casi un 60% de los adolescentes ingresados en centros de menores por delinquir son reincidentes

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El profesor Robert Hare, de la universidad canadiense British Columbia, destacó hoy en Santiago que un uno por ciento de la población "puede ser psicópata", pero puntualizó que "no se sabe a ciencia cierta" cuantos hay y aclaró que "no todos" los afectados por psicopatías son delincuentes.

En rueda de prensa con motivo de su participación mañana en Santiago en una jornada sobre 'Prevención del delito a partir de la detección del riesgo', el máximo experto mundial en el estudio de la psicología de los psicópatas criminales comentó que "ser psicópata no es ilegal" e insistió en que "hay mucha gente en la sociedad que son psicópatas, pero no son delincuentes".

"El psicópata no entiende el mundo complejo de las emociones, las desprecia y se ve el centro del mundo", explicó Hare, al tiempo que matizó que este tipo de persona "es impulsiva y no comparte ningún sentimiento hacia los demás".

Por ello, hace unos 25 años el profesor Hare elaboró el Psychopathy Checklist (PCL), un método para el diagnóstico de la psicopatía, que alcanzó el máximo reconocimiento de la comunidad científica, y que se basa en una entrevista con el individuo de preguntas específicas que se complementa contrastando el historial e información de su entorno. Así, precisó que estas personas "mienten y manipulan".

Asimismo, este experto reconoció que tanto los medios de comunicación de masas como la sociedad actual influyen en los psicópatas. No obstante, matizó que no se corresponde con un incremento de las psicopatías, sino de los rasgos, al exponerse más, y destacó que "incluso dan lugar a que determinados comportamientos acaben siendo premiados en la sociedad".

Al respecto, el profesor Jorge Sobral, del grupo de investigación de prevención y tratamiento de problemas de conducta (Udipre) del Departamento de Psicología Clínica de la Universidade de Santiago, explicó que un psicópata "es un idiota emocional, un estúpido que no es capaz de manejarse en el mundo de las emociones". "Está incapacitado para el sufrimiento interpersonal", agregó, al tiempo que matizó que "es incapaz de comprender que existe el otro".

PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN

Sobre todo, el profesor Robert Hare incidió en la importancia de la intervención y prevención en la infancia. Al respecto, señaló que si bien hasta los 18-19 años no se puede diagnosticar a un psicópata, sí se pueden detectar antes rasgos de comportamiento.

En este sentido, apuntó que a partir de los siete años de edad se pueden ver problemas de comportamiento en los niños que son muestras de psicopatía. "Cuesta mucho entender que una persona carezca de emociones, de remordimientos y de factores afectivos", afirmó. "Puedo garantizar que la mayoría nos hemos encontrado con psicópatas", sentenció y añadió que "tienen una gran capacidad de convencer y manipular a las personas".

Como consejos para enfrentarse a una persona con psicopatía, recomendó primero comprender "que él --el psicópata-- es el gato y no el ratón"; entenderse a sí mismo y que "uno debe distanciarse del psicópata porque éste puede poner en peligro la vida del otro, aunque en principio son encantadores". "Hay que sospechar, ser un poco cínico, para no caer en la trampa", concluyó.

MENORES DELINCUENTES

Por su parte, la catedrática de Psicología Clínica de la USC y directora de la Unidad de Investigación en Prevención y Tratamiento de Problemas de Conducta (Udipre), Ángeles Luengo, avanzó que un estudio determinó que el 40 por ciento de adolescentes internados en centros de menores tenían un expediente en el servicio de protección de menores en edad infantil por delinquir y de ellos casi el 60 por ciento "son reincidentes".

Luengo comentó que el estudio, realizado con 40 sujetos internados en dos centros de menores para delincuentes en Galicia, pretendía detectar menores en riesgo y ver cuales tienen más probabilidad delinquir, así como analizar las características que tienen los menores que delinquen.