PONTEAREAS (PONTEVEDRA), 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
La familia del exbatería de Los Piratas que falleció tras recibir un disparo de un agente de la Guardia Civil cuando acudió por una llamada ante "un brote psicótico" pedirá "responsabilidades" y asegura que Javier Fernández ha sido "víctima de un error" y de la "decisión del psiquiatra" que le retiró la medicación cuando nació su hijo, recientemente.
La suegra del fallecido, Ángeles, ha incidido en que la familia "no defiende a un maltratador", sino a "una persona que fue víctima de un error y de l decisión de un psiquiatra", y ha incidido en que el Instituto Armado "tiene que reconocer que cometió un error, que no era un caso de violencia de género".
"Ya sé que estamos todos muy sensibilizados, pero hay que saber discernir. Esto es una enfermedad crónica que tiene que tener tratamiento", ha aseverado la mujer, quien ha indicado que "se avisó a la Guardia Civil para que lo llevaran a un centro".
Según indicó, su hija sí recibió "un bofetón" del fallecido, pero lo ha enmarcado en el "momento de tensión", aunque "no tiene excusa". Su hija, dijo, estaba "impresionada por lo que había ocurrido, porque era la primera vez" que aconteció algo similar.
La suegra del fallecido también indicó que la propia Guardia Civil le indicó que, ante casos como el de este miércoles, los agentes hasta ahora iban acompañados de personal sanitario, pero que ahora acuden solos. "No están preparados", ha señalado la mujer, en referencia a situaciones como la acontecido con su yerno.
Pasado el mediodía de este jueves, se personaron dos agentes de la Guardia Civil en la casa de la mujer, que les dijo que la familia "no están en contra" de este cuerpo, pero que creían que "había que usar otros métodos". Los efectivos la disuadieron de la conversación para entrar en el domicilio, a donde también acudieron dos abogados.