PONTEVEDRA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El juicio por el caso de la muerte del exbatería de la banda Los Piratas Javier Fernández ha quedado visto para sentencia luego de que se celebrase este lunes su segunda y última jornada. En ella, la Fiscalía reiteró en sus conclusiones que no ve delito en la actuación del guardia civil que disparó contra el músico causándole la muerte, por lo que pide la libre absolución del agente.
Subsidiariamente, ante la petición de los tres abogados de la acusación particular para que sea condenado por delito de homicidio por imprudencia grave profesional, el fiscal solicita al juez que contemple la eximente completa de legítima defensa de terceros, ya que entiende que el agente no se defendía a sí mismo sino a una tercera persona, su compañero.
En la presentación de sus conclusiones el fiscal reiteró que los agentes accedieron a la casa de Javier Fernández con la "intención de calmarlo", y que el acusado "actuó amparado por la ejecución de un deber" insistiendo en que su actuación fue "proporcional" y que "no tenía otra alternativa".
Además, el representante del Ministerio Público recordó que "la situación fue provocada por el propio fallecido" y que el guardia acusado "no tenía otro medio para parar la agresión" por lo que concluyó que "la conducta del agente está justificada y no requiere reproche penal".
ATESTADO 'AD HOC'
Por su parte los tres letrados de la acusación particular, que representan los intereses de la viuda, los padres y el hermano del fallecido, coincidieron en señalar que el atestado policial está elaborado 'ad hoc' para defender al agente.
También insistieron en que el músico, al que sus amigos conocían como Hal 9000, "tenía mucha vida por delante" y destacaron, entre otros méritos que "fue disco de oro en la etapa de esplendor de la música en este país".
Los letrados incidieron en la existencia de "testimonios contradictorios", especialmente por parte del acusado. Finalmente, concluyen que en este suceso "se cumplen todos los requisitos de una conducta imprudente" y señalaron la falta de proporcionalidad en la actuación del guardia, que resumieron con la frase "pistola contra tenedor".
Además de una condena de 4 años de prisión y 6 de inhabilitación, los abogados de la familia piden una indemnización de 90.000 euros para la viuda y 112.500 para el hijo del músico.
TESTIMONIOS
Este lunes declararon ante el titular del juzgado de lo penal número dos de Pontevedra los sanitarios que atendieron aquel día a Javier Fernández y los guardias civiles que hicieron la inspección ocular de la vivienda que el músico compartía con su mujer y su bebé en la parroquia de Guláns, en Ponteareas (Pontevedra).
Los agentes encontraron en el lugar del suceso un cuchillo, dos cucharas y tres tenedores. Se trataba de un cuchillo de mesa, con punta redondeada. Afirmaron que durante la inspección no apareció ningún cuchillo de cocina.
Aun así, a la pregunta de si esos cuchillos y tenedores podían haber causado la muerte de una persona si se clavan en la yugular la respuesta del guardia civil fue afirmativa. También ratificaron que cuando ellos llegaron al lugar al otro guardia no se le veía ninguna lesión. El juicio ha quedado visto para sentencia.