Actualizado: miércoles, 25 junio 2014 15:29
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SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La Fiscalía pide 18 años de prisión para cada uno de los padres de Asunta Basterra Porto, Rosario Porto y Alfonso Basterra, como coautores de un delito de asesinato, frente a los 20 años de cárcel para cada uno que solicita la acusación popular, ejercida por la Asociación Clara Campoamor.

   Según indica la Fiscalía en su escrito de calificación, recogido por Europa Press, que ha sido presentado este miércoles después de que la semana pasada el Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago comunicase el fin de la instrucción, los acusados "son responsables en concepto de coautores" de un delito de asesinato y apunta como agravante la "circunstancia mixta de parentesco".

   En su escrito, el Ministerio Público señala que "en ejecución de un plan acordado", el padre de la menor fallecida en septiembre de 2013 "retiró comprimidos de Orfidal" y señala que "Asunta no pudo defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento que con ese fin le había suministrado".

   Además, el fiscal considera que las capacidades de Rosario Porto "para comprender la ilicitud de los hechos y para actuar conforme a esa comprensión no estuvieron afectadas" y recuerda que su exmarido y padre adoptivo de la niña "rechazó someterse a una pericial psiquiátrica oficial encaminada a verificar los mismos extremos".

  El fiscal de la causa sobre la muerte de Asunta, Jorge Fernández de Aránguiz, sostiene en su relato de hechos que, tras divorciarse en febrero de 2013 y hacer vidas separadas en los siguientes meses, después del ingreso de Porto en junio del año pasado, "retomaron la vida en común, si bien mantenían dos viviendas" y "la niña los acompañaba indistintamente a uno o a otro" y "era normal que comiesen los tres junto en casa de Alfonso, que era quien se ocupaba de cocinar".

   El Ministerio Público sostiene que los acusados "se pusieron de acuerdo para suministrar a su hija de forma continuada un medicamento que contiene lorazepam", sustancia que pertenece al grupo de la benzodiacepinas y que produce somnolencia y sedación. "Esta sustancia no le estaba indicada a la niña por ninguna dolencia", según precisa y recuerda que "la tenía prescrita Rosario para sí" y considera que "se la suministraron repetidamente durante el verano de 2013".

EJECUCIÓN DEL PLAN

   En "ejecución del plan acordado", según indica el fiscal, el 5 d e julio "el acusado Alfonso retiró 50 comprimidos de Orfidal (medicamento que contiene lorazepam)" y el 17 del mismo mes "retiró de la misma farmacia otros 25 comprimidos", para lo que "presentó como excusa que se había dejado olvidado el medicamento previamente dispensado en la habitación de un hotel y que necesitaba más".

   Además, el 22 de julio pidió en la consulta de su médico de familia del Sergas que le fuera prescrito más medicamento "y efectivamente ese día le fue expedida una receta electrónica para 50 comprimidos más" y el 16 de septiembre retiró otros 50 comprimidos de una farmacia en O Hórreo "por medio de una receta privada".

   El relato del fiscal señala que en la noche entre el 4 y el 5 de julio Asunta, en el domicilio de la madre, "fue sometida a uno de los episodios en los que le suministraron el medicamento". "A raíz de esta circunstancia Rosario hizo circular el rumor de que había entrado un asaltante en el piso, que habría agredido a madre e hija. Así se procuraban una forma de dar una explicación a la niña sobre los acontecimientos de la noche", añade.

   Sobre los episodios de sedación de la menor, el fiscal apunta que el 9 de julio Asunta tenía clase de música en un curso de verano organizado por la Escuela de Altos Estudios Musicales y fue llevada por su padre sobre las 9,30 horas pero "la niña no estaba centrada, estaba ida, perdida, no era capaz de coordinar" porque "se encontraba bajo los efectos del medicamento en cuestión" y fue recogida por Rosario Porto.

   "Durante el fin de semana del 20 y 21 de julio los acusados volvieron a someter a Asunta a los efectos del lorazepam. Tan intensos fueron esos efectos, que impedían que fuera a la clase de música que tenía prevista para el lunes 22 en la academia Play y la cambiaron para el día siguiente", sostiene y añade que "el martes 23 Asunta acudió a clase aún bajo los efectos de este medicamento".

   Del 30 o 31 de julio hasta el 22 de agosto "Asunta no estuvo con sus padres", sino que la dejaron al cuidado de su madrina, así como del 28 de agosto al 10 de septiembre, en que estuvo con la empleada doméstica, mientras los "acusados estuvieron juntos de vacaciones".

"EFECTOS INTENSOS"

   El relato de hechos que hace la Fiscalía señala que una vez que Asunta comenzó el curso escolar en el IES Rosalía de Castro, "los acusados volvieron a someterla (al menos una vez más) a los efectos del lorazepam". "Tan intensos fueron que el 18 de septiembre la niña no estaba en condiciones de ir a clase y faltó al instituto", precisa.

   El 21 de septiembre de 2013 los acusados y su hija comieron juntos en el domicilio de Alfonso y, según sostiene el Ministerio Público a raíz de las investigaciones, "puestos de común acuerdo, y con la intención de acabar con la vida de la niña, le suministraron una cantidad del medicamento indicado necesariamente tóxica para posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla".

   Sobre la última tarde con vida de Asunta, el relato de la Fiscalía indica que la niña salió sola del piso de su padre a las 17,20 horas para dirigirse al de su madre para hacer los deberes. Algo después de las 18,00 horas Rosario, "siguiendo el plan acordado con Alfonso", se llevó a Asunta a la finca en Montouto (Teo), donde desconectó la alarma de la casa a las 18,33 horas.

"NO PUDO DEFENDERSE"

   "En un momento comprendido entre que fue llevada a Montouto y las 20,00 horas la asfixiaron por medio de la compresión que le aplicaron sobre la boca y la nariz", relata y añade que "durante el proceso de sofocación sufrió náuseas o vómitos". Por ello, considera que "Asunta no pudo defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento que con ese fin le habían suministrado".

   "En un momento próximo a la muerte la ataron por los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plásticas de color naranja. La trasladaron a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (Teo) que dista de la casa unos 4 kilómetros", argumenta el fiscal, que recuerda que allí fue encontrada sobre la 1,15 horas del 22 de septiembre.

SECUESTRO

   Previamente, a las 22,17 horas los acusados se habían presentado en la Comisaría de Santiago para denunciar la desaparición de su hija, "con la intención de dar a entender que se había tratado de un secuestro" y añade que la versión inicial que "facilitaban era que la niña se había quedado a estudiar en casa de la madre".

   Al llevar a los padres a la casa de Teo tras confirmarse la muerte de la niña, "nada más entrar, Rosario se dirigió rápidamente hacia una papelera que había en uno de los dormitorios de la planta de arriba en la que ella sabía que había efectos relevantes para la investigación" pero "no consiguió apoderarse de ellos ni alterarlos por la rápida intervención de uno de los funcionarios".

   Al respecto, apunta que entre los efectos de la papelera se encontraba un trozo de la misma cuerda que habían usado para atar a la víctima unas horas antes. "En ese momento, y sin ser preguntado, Alfonso ofreció a los investigadores una explicación sobre la razón de la presencia del trozo de cuerda: que era de la que usaban los jardineros para labores por la finca", esgrime la Fiscalía.

   Una vez avanzadas las pesquisas, fue detenida la madre de Asunta el 24 de septiembre de 2013 y Alfonso el día siguiente (25), momento desde el que estuvieron "privados de libertad por esta causa".