El proyecto piloto de asistencia rápida a paradas cardiacas arranca este lunes en Santiago y prevé extenderse a toda la Comunidad
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Galicia implantará un proyecto pionero de asistencia rápida a paradas cadiorrespiratorias a través del uso de desfibriladores semiautomáticos (DESA) en lugares públicos por parte de voluntarios acreditados, así como con la puesta en marcha de una aplicación móvil con servicio de geolocalización y el empleo en el futuro de drones.
Este miércoles se ha presentado el programa 'Acude e Axuda', que comenzará con una iniciativa piloto en Santiago el próximo lunes, 21 de noviembre, en la que participarán un centenar de voluntarios de Cruz Roja para emplear los 55 desfibrilidadores existentes en lugares públicos en la ciudad en caso de ser necesarios, en un proyecto que se prevé extender a toda Galicia.
A preguntas de los medios, el director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas, Jorge Aboal, ha explicado que esta iniciativa se hará a través de la coordinación del 061, que además de enviar los medios sanitarios al lugar, avisará a los voluntarios a través de un servicio de mensajería y el empleo de una nueva aplicación para móviles --que estará disponible de forma gratuita para el público general desde enero--.
A largo plazo se trabaja en la posibilidad de emplear drones equipados con los propios desfibriladores semiautomáticos (DESA), pues "ahora se está en fase de recoger propuestas", y se cuenta con la base de Rozas, Castro de Rei (Lugo), para desarrollar esta tecnología.
De hecho, en la presentación de este proyecto este miércoles se ha exhibido un vídeo de ejemplo de cómo funciona esta propuesta con vehículos aéreos no tripulados. Aboal sostiene que dada la dispersión existente en Galicia "en el área del rural los drones van a ser realmente efectivos".
En este programa 'Acude e Axuda' colaboran el Servizo Galego de Saúde, a través de la Fundación Pública Urxencias Sanitarias 061, Cruz Roja de Galicia y la Sociedad Española de Cardiología.
FUNCIONAMIENTO
El funcionamiento es el siguiente, un paciente o un ciudadano llama desde su móvil o a través de la propia aplicación al 061, que además de avisar a los servicios sanitarios, geolocaliza la llamada, y moviliza a dos voluntarios más cercanos.
Así, uno de los voluntarios irá junto al paciente para hacer las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y otro irá a buscar el desfibrilador más próximo situado en un lugar público. En ambos casos, a través de la 'app' del móvil se les indicará los caminos más cortos para llegar al punto.
Y es que según explica Aboal, aunque el 061 también movilice sus recursos, "la atención cuanto antes llegue mejor", ya que se considera que son "fundamentales" los siete primeros minutos en las paradas cardiacas, y "una ambulancia que se mueva por Santiago y llegue a un sitio en siete minutos es muy difícil".
CASI 800 MUERTES SÚBITAS FUERA DEL HOSPITAL
Durante el acto, el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, ha señalado que cada año en Galicia se producen unos 780 incidentes por muerte súbita fuera del hospital, de manera que el objetivo es aumentar la supervivencia, ya que con cada minuto que pasa más se reducen las posibilidades.
En 2015, se registraron un total de 673 reanimaciones cardiopulmonares con recursos de soporte vital o soporte vital básico de Urxencias Sanitarios de Galicia-061, según los datos de la Xunta.
Al respecto, expone que estos casos la probabilidad de supervivencia en personas reanimadas con masaje cardiaca se duplica frente a aquellas a los que no se les aplican.
FORMACIÓN Y VOLUNTARIOS
En esta línea, el gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, ha indicado que igual que los ciudadanos están "acostumbrados" a ver extintores en los edificios, espera que pase lo mismo con los desfibriladores.
Por ello, se necesita la colaboración ciudadana para cuanta que más gente se forme mejor, para lo cual se implementarán los cursos de reanimación básica, al tiempo que se anima a empresarios y lugares públicos a contar con un desfribilador en sus establecimientos --su coste ronda unos 700 euros--.
Cuando se extienda por Galicia, aquellos que quieran ser voluntarios deberán ponerse en contacto con el 061 y hasta podrá definir su perfil de colaboración, de tal manera que puede marcar los días y horas de disponibilidad.
También se considera "fundamental" que las fuerzas y cuerpos de seguridad y atención como Policía, Guardia Civil, Protección Civil o Bomberos estén formados en estos aspectos, porque "muchas veces" son los primeros en llegar. Además, se quiere "llegar a los estudiantes", con formación en resucitación cardiopulmonar en colegios, institutos y universidades.
SEIS VECES MENOS DE APARATOS QUE EN ALEMANIA
En este sentido, el secretario de la Sociedad Española de Cardiología, Ignacio Fernández, lamenta que la implantación del desfibrilador en lugares públicos en España y Galicia "es muy baja", con 2,6 aparatos por cada 10.000 habitantes, cuando en Alemania o Francia están en torno a 12 o 14, "seis veces más".
Llama la atención sobre que en Suecia "el 33 por ciento de la población ha hecho un curso en los últimos cinco años" de reanimación. Por ello, cree necesario que los familiares y vecinos de pacientes estén preparados para actuar "en cuestión de minutos".
Aquí quiere dejar claro que los DESA "son unos aparatos absolutamente seguros", "la única forma de que haga daño es darle con él en la cabeza a alguien", ha bromeado. A modo de ejemplo pone que "un niño de siete años lo sabe manejar". Por tal motivo, aboga por "acostumbrar a la población a que los usen, los busquen y que no les tengan ningún miedo".
CAMBIO DE NORMATIVA
Para implementar estas acciones, la Xunta avanza en modificar la actual normativa relativa a desfibriladores, con el objetivo de simplificar los trámites para tener acceso a ellos, ya que solo será necesaria una declaración de responsabilidad para su uso entre otras medidas básicas, a la vez que se facilitará el empleo legal por cualquier persona sin cualificación siempre que reciba autorización del 061. Todo ello para "quitar el miedo a la gente, porque cualquiera puede ayudar".
Finalmente, Aboal indica que "se busca convencer a todos los empresarios de que en su local pueden tener un desfibrilador". Sobre este extremo, pone como ejemplo a los países nórdicos, en donde estos aparatos son comunes en establecimientos como supermercados.