OURENSE, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
El hombre de 41 años juzgado este jueves en Ourense por un delito continuado de abuso y agresión sexual a una menor, hija de su compañera sentimental, ha negado todos los hechos durante el juicio celebrado a puerta cerrada en la Audiencia Provincial. La acusación pide una pena de entre 14 y 15 años de prisión.
La defensa ha solicitado la libre absolución del acusado al considerar que se trata de una denuncia falsa y en base a lo que califica como "numerosas contradicciones" por parte de la denunciante, tanto "a lo largo de la instrucción" como "en su declaración" en la propia sala.
Así, ha apuntado a "contradicciones importantes" en relación a "cuándo" tenían lugar los supuestos abusos de su cliente a la menor o a la hora de concretar si había o no otras personas en la casa cuando se producían las supuestas agresiones sexuales.
La acusación particular ha solicitado 15 años de prisión y 30.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
En declaraciones a la salida del juicio, la abogada de la familia ha defendido que "todo el equipo médico" de psicólogos y psiquiatras que han tratado a la supuesta víctima conceden "el grado más alto de credibilidad" a la historia de la menor, al tiempo que ha apuntado a contradicciones en el relato ofrecido por el acusado.
En este sentido, la acusación particular ha incidido en que, durante su declaración inicial, el hombre reconoció como suyos "mensajes y notas manuscritas" dirigidos a la menor, algo que "no lo ha hecho" durante la celebración del juicio.
Por su parte, la fiscalía ha reclamado 14 años de prisión para el acusado y cinco años de libertad vigilada a su salida del centro penitenciario. En concepto de responsabilidad civil reclama el pago de 10.000 euros a la menor "por los daños psicológicos; 815,34 euros al Sergas por los gastos médicos y 2.662,55 euros a la administración del Estado".
LOS HECHOS
Los hechos tuvieron lugar entre los años 2011 y 2012, cuando la supuesta víctima contaba con 12 y 13 años. Según el escrito de fiscalía, desde septiembre de 2011 el acusado aprovechaba cuando ambos estaban solos en la vivienda para "prodigarle besos y caricias íntimas" en distintas partes del cuerpo y acto seguido le quitaba la ropa y la penetraba vaginalmente.
En octubre de 2011 el hombre acabó su relación con la madre de la menor, pero mantuvo contacto con la vivienda en la que se instalaría como inquilino a partir de abril de 2012.
Según relatan ambas acusaciones desde esa fecha hasta el mes septiembre de 2012, el acusado aprovechaba los momentos en los que la menor se quedaba sola en la vivienda para abusar sexualmente de ella "con una frecuencia de una o dos veces por semana".
En el escrito de la acusación se relata también que el acusado "habría vencido la oposición" de la menor manifestándole que la quería y prometiéndole un futuro juntos. Además, para evitar ser denunciado la amenazó con que se quedaría sola porque él iría a la cárcel y su madre la mandaría con su padre biológico.