El procesado niega que la quisiese "matar", pero reconoce que le había colocado "un cojín" en la cara para que "no" le gritase
LUGO, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
La joven que agredida supuestamente por su pareja cuando estaba embarazada de seis meses en Ribadeo (Lugo) ha declarado que el acusado por estos hechos "parecía un monstruo".
Los hechos ocurrieron el 14 de diciembre de 2016 cuando fue agredida supuestamente por quien era su pareja en la residencia que compartían en Ribadeo.
En la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Lugo se celebra el juicio contra Kevin P.E., que se enfrenta a una petición de siete años y medio por tentativa de homicidio y nueve meses más por amenazas, que solicita la Fiscalía.
Mientras, la abogada de la víctima pide igualmente siete años y medio de cárcel por intento de homicidio, además de diez meses por cada uno de dos delitos de amenazas. Es decir, la suma de la condena que interesa la acusación pública asciende a ocho años y tres meses, y por la particular a nueve años y dos meses.
El joven acusado, que se encuentra en prisión, ha alegado que "no" se acordaba de lo ocurrido, si bien admitió en la vista oral que estaba "descontrolado" y que tomaba medicación para la ansiedad, "ansiolíticos". Así, apuntó que fueron "tres" pastillas el día anterior a los hechos, el 13, y más de "diez" en la jornada del 14.
ALEGA QUE NO LA QUERÍA MATAR
También admitió que había cogido de las "muñecas" a la joven, aunque disculpó que lo había echo para evitar que lo "arañase". Pese a negar que la quisiese "matar", sí ha reconocido que le había colocado "un cojín" para que "no" le gritase, incluso que había arrancado unas cortinas que le lanzó, pero luego las quitó.
La víctima, que declaró por videoconferencia, relató entre sollozos como el 13 y el 14 de diciembre, pero sobre todo ese último día, no paraba de repetirle su expareja que la "iba" a "matar". "Que tenía que morir", ha sostenido entre lágrimas.
La joven había dejado claro que su pareja era "celosa", para seguidamente confirmar que le había puesto un cojín en la cara. "Y yo quería vomitar", ha recordado. Posteriormente, se encerró en el baño en el que irrumpió el joven "con un cabezazo".
"Entró, me tiró al suelo, cogió el palo del toallero y empezó a golpearme. Me puso las cortinas del baño alrededor del cuello", ha descrito la víctima, para sentenciar que "parecía un monstruo".
La mujer, que dio a luz a su hijo, transcurrido casi un año "desde que pasaron esos hechos tiene miedo", ha señalado la abogada de la acusación, Carmen García.
Por su parte, la defensa del acusado reclama la libre absolución de su cliente, y Fiscalía y acusación añaden la petición de diez años de alejamiento a una distancia no inferior a 500 metros.