Su defensa afirma que tenía anuladas sus capacidades, y cree que "ya ha sufrido bastante" y que quedarse sin su hija "es castigo suficiente"
LUGO, 14 (EUROPA PRESS)
La madre de la niña Desirée Leal, única acusada de su asesinato, ha hecho uso este lunes de su derecho a la última palabra en el juicio que se celebra en la Audiencia de Lugo por el conocido como Crimen de Muimenta, donde ha asegurado que "adoraba" a su hija y que, "en plenas facultades mentales, jamás le haría daño". "No sé como pasó lo que pasó", ha sentenciado.
Durante ocho minutos, la acusada ha reiterado ante el tribunal y el jurado que "quería mucho" a Desirée y que la niña "lo era todo" para ella. Como ha insistido en su línea de defensa, se ha referido a que no fue consciente de sus hechos: "Con mis facultades mentales normales, jamás le causaría daño", ha subrayado, tras lo que ha destacado que no recuerda "qué pasó esa noche".
La mujer ha indicado que crió a la menor "lo mejor que pudo" y que cuando nació "fue lo mejor" que le había pasado, tras lo que se ha referido a algunos de los episodios tratados en el juicio, como las fotos que repartió entre los familiares poco antes del crimen.
"Yo solo quería que fuese feliz, me daba igual con quien, ni como, ni donde", ha añadido, en referencia al tiempo que la niña pasaba con su padre, del que estaba separado.
La única acusada del crimen ha dicho que "adoraba" a Desirée y que "era la niña de sus ojos". "No sé como pasó lo que pasó y aún no me creo que no la pueda volver a ver", ha destacado. "Cualquiera que me conoce sabe que yo jamás actuaría así en mis plenas facultades", ha zanjado, tras lo que ha cerrado diciendo que "la quería con todo mi corazón".
ALTERACIÓN PSICOLÓGICA
Por su parte, el abogado defensor, Luis Rifón, ha asegurado que lo sucedido está vinculado con el "trastorno psicótico" que padece la madre, y por el cual recibe tratamiento, por lo que ella no era consciente de lo que sucedía.
Para el letrado, testimonios como el de la psiquiatra que la trató en el Hospital de Lugo durante cuatro meses o la que lo hizo en la cárcel, acreditan que "tenía anuladas sus capacidades o limitadas de forma muy grave".
Del mismo modo, ha explicado que "todas las personas que han declarado han referido que" la acusada "era buena madre" y que "quería a su hija por encima de todas las cosas", por lo que "es difícil deducir una motivación homicida de forma voluntaria".
"Ella responde y se comporta como si no supiera que ella ha causado la muerte de su hija", ha apuntado el letrado, que ha defendido que "no ocultó pruebas" y que "no está acreditado que suministrase a su hija trazodona para dormir", ya que pudo tomarla la propia niña de la botella de agua que la acusada tenía preparada.
Paralelamente, para el letrado "no está acreditado" que la amnesia que padece sobre la noche del crimen "sea falsa", así como que "no hay prueba objetiva de que simule síntomas". "Está diagnosticada y a tratamiento por psicosis desde hace 3 o 4 años, la enfermedad está ahí y nadie la puede negar", ha zanjado.
Por ello, ha pedido al jurado que el castigo sea "congruente con el nivel de culpabilidad". "No se trata de ensañarse con ella, ya ha sufrido bastante", ha apuntado su abogado defensor, que ha subrayado que "tiene una enfermedad muy grave", que la acompañará el resto de su vida, "no tiene a su hija y ahora sabe que ella causó la muerte" de Desirée. "Este ya es un castigo suficiente", ha zanjado.