El alcalde de Santiago responde con ironía recordando unas palabras de Rajoy en las que bromeó con los "defectos" de la ciudad en la que nació
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 18 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha salido al paso de la polémica surgida a raíz del pregón satírico de las fiestas de carnaval de Santiago de Compostela, en el que un dramaturgo y humorista profirió, presuntamente, ofensas contra el Apóstol Santiago y la Virgen del Pilar.
"Mi apoyo a los vecinos de Santiago que quieren que las fiestas, como el pasado carnaval, sean momentos de respeto y convivencia, y esperan eso mismo de su ayuntamiento. Los pregones deberían servir para invitar a todos a la celebración, no para indignar a la mayoría", ha publicado Rajoy en su cuenta de Twitter en un mensaje que cierra con su firma "MR".
El pregón ha generado malestar en ciertos sectores sociales y de la Iglesia católica por las supuestas ofensas --reflejadas en algunos medios por los testimonios de algunos asistentes, sin que haya salido a la luz todavía ningún documento gráfico-- vertidas por el dramaturgo Carlos Santiago.
La polémica ha salpicado al gobierno de la ciudad de Santiago, organizador del acto en cuestión. Su alcalde, Martiño Noriega (Compostela Aberta), ha recibido varias amenazas, algunas de ellas de muerte dirigidas contra él y su familia, a través de las redes sociales.
El propio regidor compostelano ha tirado de ironía para responder al presidente del Gobierno rescatando unas palabras de Rajoy en las que, durante un acto de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad en la pasada edición de Fitur, bromeó con su lugar de nacimiento, Santiago: "La ciudad donde yo nací, algún defecto tenía que tener", chanceó Rajoy.
"Ahora entiendo a qué se refería hace unas semanas en Fitur, Sr presidente. Pase un buen domingo", ha respondido Martiño Noriega en su cuenta de twitter minutos después del mensaje de Rajoy sobre la polémica del carnaval.
El pasado sábado, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, organizó un "acto de desagravio" celebrado en la Catedral compostelana en el que lamentó las "ofensas blasfemas" del pregón, al tiempo que alertó de que "las corrientes laicistas generan cristianofobia".