La formación de Beiras quiere relanzarse en su asamblea del sábado, de la que saldrá una "dirección fuerte" que afrontará el diálogo con el BNG
Cree que hubo un "cierre de ciclo" cuando agentes de la izquierda federal decidieron que la cooperación "no rentaba" y prefirió "coaliciones oportunistas"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El que fuera alcalde de Santiago y actual portavoz de Anova, Martiño Noriega, ha puesto en valor la generosidad mostrada por la formación con el BNG, para la que pidió el apoyo en los últimos comicios nacionales, europeos y autonómicos, pero ha dejado claro que "no quiere ser un agente pasivo que solo pida el voto".
"Anova no tiene vocación de espectadora", explica el médico en una entrevista concedida a Europa Press momentos antes de incorporarse a su consulta de Atención Primaria en Santiago de Compostela. En la conversación, subraya que si bien su partido "no tiene ningún tipo de ambición institucional", sí entiende que "tiene algo que aportar".
La organización impulsada por el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras celebrará el sábado, día 23 de noviembre, en Santiago de Compostela su asamblea nacional, un encuentro en el que marcarán la hoja de ruta para los próximos años y del que saldrá ratificada la nueva dirección. "Una dirección fuerte políticamente y representativa del patrimonio simbólico" de Anova, capaz de llevar a cabo las conversaciones para "redimensionar el soberanismo del siglo XXI", señala.
En ella, aprobará un documento político en el que se analiza la situación de Galicia y en el que se recoge el "qué hacer a futuro". "Estamos en un momento muy complicado, con un país en peligro de extinción por las políticas del PP", ha dicho para advertir también del "riesgo cada vez más palpable de la llegada de la derecha y de la extrema derecha a todas las instituciones".
Por ello, apela a "mantener la tradición de Anova", que "no es otra que acumular fuerzas en el campo de la izquierda y en el campo del soberanismo", para actuar como "dique de contención". En la cita, se reafirmará la voluntad de "reconectar con el tejido social agredido del país", así como de "seguir participando en los espacios municipalistas" y "normalizar las relaciones en el campo del soberanismo".
APROXIMACIÓN CON EL BNG
Noriega destaca que se consiguió normalizar la relación con "un actor principal de la política gallega", como es el BNG, pero deja claro que una posible incorporación en el frente liderado por Ana Pontón no estará encima de la mesa en la asamblea de Anova.
"Ese debate no estará encima de la mesa, pero eso no es incompatible con el hecho de que sí queremos reafirmarnos en ese vial estratégico", explica el político, que recuerda que el documento firmado por su formación con el BNG antes de las autonómicas hablaba de "redimensionar los pasos del soberanismo gallego". "Y eso tiene que ir mucho más allá de llamadas al voto", considera.
En la entrevista, reflexiona sobre los pasos que derivaron en esta aproximación con el Bloque al asegurar que se basaron en el "diálogo" y el "silencio". "Todo eso dejó un poso de que las cosas se hacían en silencio, que se hacían con garantías y de que no se buscaba una rentabilidad".
Además, recuerda que cuando Anova anunció su apoyo a la candidatura de Pontón, algunos pensaron que se iba a dar "un intercambio de puestos", pero subraya que "nunca de eso se habló". "Para nosotros lo importante es que la escala del soberanismo liderase el cambio político en el país", incide.
VE NECESARIO BUSCAR UNA FÓRMULA DE COOPERACIÓN
Preguntado sobre cómo están las relaciones en el momento actual y qué papel debería jugar Anova, apela a buscar "una fórmula de cooperación" que sea "real" y que "vaya más allá de los llamamientos simbólicos". "Hay diferentes fórmulas mientras exista voluntad", ha dicho para trasladar que Anova pondrá para ello "todo su capital", un valor que cree que "permitió que mucha gente que estaba dudosa de votar a una opción o a otra" el pasado 18 de febrero se decantase por el espacio soberanista.
Noriega argumenta que Anova está haciendo lo que hizo "en la década pasada" con "otros agentes". "Estamos sacrificando la posición de parte por cooperar en algo que verdaderamente tenga potencial y sea capaz de cambiar el estado de las cosas en el país", ha afirmado convencido de la necesidad de un espacio soberanista fuerte en un momento de avance de la extrema derecha. "No están los tiempos para pasiones tristes ni para ajustes de cuentas ni rencores", sostiene.
Por todo ello, defiende que no hay "urgencia" en buscar esta fórmula de cooperación con el BNG, pero sí se debe de hacer "con convencimiento para que no sea artificial". "A veces, cuando tengo un paciente con un problema de colesterol o de azúcar y sé que tiene que tener un tratamiento, hablo con él y como lo veo reacio, no se lo pongo y nos ponemos objetivos para intentar subsanar la situación. Muchas veces se subsana con ejercicio, con dieta, pero otras veces a los ocho meses va la cosa peor. Y ahí sé que el paciente no solo va a aceptar el tratamiento, sino que lo va a cumplir", ha dicho para sostener que las decisiones deben de tener "acompañamiento y arrastre".
CIERRE DE CICLO CON LA IZQUIERDA FEDERAL
También considera que los pactos alcanzados en la década pasada con la izquierda federal fueron "importantes" porque "ayudaron a romper con las fronteras en el campo de la izquierda gallega". "Eso fue positivo y después se construyó un municipalismo que, pese a ser muy asediado, fue muy valiente y cuyas líneas de trabajo se siguen recorriendo a día de hoy", ha manifestado.
Sin embargo, defiende que "hubo un cierre de ciclo político" cuando "los agentes de la izquierda federal entendieron que ese tipo de cooperación no les rentaba". "Y en ese sentido, coaliciones artificiales que no se asentaran en una voluntad real, eran puramente oportunistas". Tras ello, Anova quedó "muy golpeada orgánicamente" por poner todo su patrimonio al servicio de los espacios y "no a servicio propio". "Otros pensaron más en sí mismos continuamente", ha afirmado.
RECHAZO A LA PROPUESTA DE SUMAR
Preguntado por la propuesta de la formación impulsada por Yolanda Díaz para que él fuera candidato de Sumar en las autonómicas, explica que fue una propuesta que debatió. "Fue una propuesta trasladada oficialmente, lo que pasa es que se entendía que era un interés más en clave personal que en clave de cooperación de los espacios", ha dicho para asegurar que él no está en la política por una "cuestión personal" y señalar también que "la propia construcción de Sumar a nivel gallego "fue muy vertical, muy acelerada y muy poco apegada a la dinámica del país".
"Aquí no estamos por cuestiones personales ni de puestos. Muchos llevamos unos cuantos años vestidos de civiles y nos sienta muy bien", destaca para señalar que si bien hubo el debate, Anova acordó unánimemente "por responsabilidad con el país" rechazar esa candidatura a la Xunta, "quedarse en casa" y "hacer una petición de voto".
Además, opina que la propuesta de Sumar "no tenía credibilidad" y que "no se daban las condiciones" en un momento en el que lo "importante" era conseguir un relevo en la Presidencia de la Xunta y que una mujer, como Ana Pontón, pudiese ser presidenta. Se estuvo cerca, pero no pudimos y hay que seguir trabajando", ha apuntado.
Por último, sobre si estará dispuesto a continuar como portavoz de Anova, recuerda que lleva dos años compatibilizando esta labor con su profesión como médico y la crianza de sus dos hijos. Así, aunque reconoce que "no hay una dedicación exclusiva", sí destaca que hay "voluntad". "Hay una disponibilidad de continuar, pero siempre que haya compromiso de compañeros y compañeras, que no tengo duda, de que se va a dar", apunta.