La cita será este jueves en la Catedral, "un gesto especial de adoración al señor"
LUGO, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
El obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, celebrará una misa este jueves, 1 de agosto, ante la "parodia" de la última cena en la apertura de los Juegos Olímpicos (JJ.OO) de París 2024, lo que considera una "grave banalización radical del evangelio".
En un comunicado, el obispo de Lugo --sobrino del expresidente de la Conferencia Episcopal Antonio María Rouco Varela-- llama a otras parroquias a unirse a este acto "en honra de la eucaristía" que tendrá lugar en la Catedral de la ciudad amurallada para "tener un gesto especial de adoración al señor".
"A muchos ha llamado la atención y a muchos nos ha disgustado la presentación de una parodia de la última cena en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en París, retransmitida a todos los países. No era posible que nos dejase indiferentes a los que creemos en el señor Jesucristo, a nadie que crea realmente en dios, que respete lo sagrado de la conciencia del prójimo, la dignidad de quien afronta la vida desde el amor a la verdad reconocida con la mente y el corazón", afirma el religioso.
Apunta que "se han dado muchas intervenciones en diferentes medios, por parte de cristianos --en particular, la Conferencia episcopal francesa-- y de seguidores de otras religiones o cosmovisiones".
Prosigue en sus palabras con una censura de lo que observa como una "negación ante el mundo entero" del significado del evangelio. "Es una forma de normalizar el rechazo de la fe cristiana", asevera.
"Queremos reconocer de nuevo públicamente que la eucaristía, memorial perenne de la última cena, es fuente y culmen de nuestra fe", opina. Concluye Alfonso Carrasco Rouco su reflexión con un deseo de que Jesús "conceda mantener viva y firme la fe del corazón".
INAUGURACIÓN
El pasado domingo, la organizadora de París 2024, Anne Descamps, se disculpó por cualquier ofensa causada por las representaciones religiosas durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos el 26 de julio.
La ceremonia del viernes recibió críticas de grupos religiosos por una escena de banquete en la que un actor que interpretaba al dios griego Dioniso ocupó el centro del escenario en una mesa con 'drag queens', en una reinterpretación de la pintura 'La última cena' de Leonardo Da Vinci, sobre la última comida de Jesús con sus seguidores antes de la crucifixión.