Se trata de cinco gallegos, de los casi 200 documentados por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica
VIGO, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Familiares y representantes de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) han presentado este martes, en el consulado de Argentina en Vigo, las primeras cinco denuncias sobre españoles que fueron deportados a campos de concentración nazis, para unirlas a la querella que se tramita en ese país por crímenes vinculados a la Guerra Civil y al franquismo.
Según ha explicado la investigadora María Torres, se trata de cinco gallegos que, tras la Guerra Civil, acabaron en campos de confinamiento en Francia y que, posteriormente, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, cayeron prisioneros del régimen nazi que, "con la connivencia de la dictadura franquista", lo deportó a campos de concentración, violando la Convención de Ginebra.
Torres ha explicado que hay constancia documental de una reunión mantenida en 1940 entre Hitler, Himmler y el entonces ministro de la Gobernación franquista, Serrano Suñer, a partir de la cual el régimen nazi comenzó a deportar a los prisioneros 'rojos' españoles a campos de concentración. "Les dijeron que hicieran con ellos lo que quisieran", ha apuntado.
Ésa fue la suerte que corrieron, entre otros miles, el vigués Domingo Castro Molares, que acabó en Mauthausen; José Ferradás Pastoriza, de Bueu, que fue deportado también a Mauthausen; Ramón Garrido Vidal, de O Grove, que fue enviado a Dachau; Arturo González Bastos, de Vigo, que fue deportado a Neunengamme; y Francisco Pena Romero, de Boiro, que acabó en Mauthausen.
La ARMH ha documentado al menos 193 casos de deportados gallegos que acabaron en campos de exterminio nazis, de los que 41 eran de la provincia de Pontevedra y 15 de la ciudad de Vigo. No obstante, ha aclarado María Torres, la asociación seguirá presentando denuncias porque sigue recabando información sobre nuevos casos.
"RECONSTRUIR SU VIDA Y HUMANIZARLOS"
Según ha explicado, el objetivo de unir estas denuncias a la conocida como querella argentina, que instruye la jueza María Servini, no es otro que "obtener justicia", poder "reconstruir la vida" de estos represaliados y "humanizarlos", ya que el régimen nazi les despojó de su humanidad y los redujo a ser meros números.
Esta investigadora ha subrayado que muchos de estos deportados combatieron antes en el ejército republicano y se vieron obligados a abandonar España para acabar en campos de confinamiento franceses. Desde allí, una gran parte de ellos ingresó en las compañías de trabajadores extranjeros y acabaron construyendo fortificaciones como la línea Maginot, antes de caer prisioneros de los nazis cuando éstos invadieron Francia.
"No hay supervivientes, no se puede localizar en todos los casos a las familias, hay que rastrear muchos archivos, muchos están clasificados como secretos de Estado (...) y todo es lento", ha resumido María Torres las dificultades de sus tres años y medio de investigación.
Todo ello para "obtener justicia" y "un reconocimiento institucional" porque estas personas "no eran unos apátridas, como sostenía el régimen franquista, eran españoles que lucharon por su país, muchos estuvieron en la Resistencia y lucharon contra el fascismo,... y acabaron en campos de concentración nazis".