Busca atender sus "necesidades emocionales" cuando se produzca la vuelta a las aulas
A CORUÑA, 3 May. (EUROPA PRESS) -
El Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG) ultima un programa psicoeducativo para la prevención de sintomatología postraumática en el alumnado con el objetivo de buscar atender las "necesidades emocionales" que se puedan producir con la vuelta a las aulas.
Así lo han explicado a Europa Press la presidenta de la sección de psicología educativa del COPG, Manuela del Palacio, y Fátima López, miembro del Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (GIPCE).
Esta última, coordinadora de este grupo de trabajo, asegura que, atendiendo a la situación de emergencia generada por la COVID-19, la entidad colegial "se puso en marcha para dar cobertura a todas las necesidades que tienen que ver con el cuidado de la salud emocional dentro de una situación de esta naturaleza".
"Una de las necesidades más urgentes a atender es velar por el bienestar emocional de los y las menores y adolescentes cuando se produzca el regreso presencial a las aulas, que es algo en lo que no se estaba reparando", apunta en línea con lo que remarcan también desde el propio Colexio Oficial de Psicoloxía que entienden que desde la Consellería de Educación "no se ha tenido en cuenta el aspecto emocional de este colectivo".
COLABORACIÓN CON PROFESORES
Con ese objetivo, se estableció un grupo de trabajo desde el Colexio con carácter interdisciplinar. "Todas las personas integrantes son profesionales de la psicología del ámbito educativo, emergencias y clínico para poder presentar un programa a la Consellería de Educación", explica Fátima López.
"Con una clara intención de fomentar el crecimiento y la resiliencia en los más jóvenes de 'la mano' de sus profesores y figuras de referencia". "El mensaje de fondo es: tras integrar el impacto y significado de esta experiencia sintiéndome sostenido, soy más grande, más sabio y más compasivo; crecemos como comunidad", resume.
El programa, que se llevará a cabo a través de no más de tres sesiones donde tres tareas (procesar, integrar, crecer) son el eje, está pensado para que se implemente en los centros inmediatamente a la par de la incorporación del alumnado a los centros. "Es muy importante que sea una actividad prioritaria la de acoger y atender las necesidades emocionales del alumnado, esta debe ser una prioridad en la planificación del regreso a las aulas", insiste.
Asimismo, afirma que se elabora para que sea el orientador u orientadora de cada centro, conjuntamente con los y las docentes de referencia para los alumnos y alumnas, los que lo lleven a cabo "siguiendo las indicaciones que se les facilitarán y que vienen recogidas en el programa".
SINTOMATOLOGÍA
En cuanto a la sintomatología que pueda presentar el alumnado tras el contexto generado por la COVID-19, la coordinadora del grupo de trabajo apunta que este tipo de emergencias "por sus especiales características, dificulta que el cerebro pueda consolidar el impacto a nivel emocional, cognitivo y somático".
"Básicamente porque es una situación de estrés continuado en el tiempo, donde hay un gran nivel de incertidumbre". "La naturaleza de la emergencia COVID es nueva y esto hace que nuestros cerebros permanezcan en estado de alerta de modo continuado con el sistema de defensa activado", asevera.
En el caso de los menores, "con un cerebro en fase de desarrollo", asegura que "el impacto de una situación de estrés continuado como esta, puede generar reacciones que, aunque son normales ante una situación tan nueva, pueden resultar muy molestas y ser vividas con desasosiego por las familias y los propios menores".
"Algunas reacciones habituales (molestias físicas, cambios en el patrón de sueño y alimentación, diferentes emociones con intensidad elevada, cambios en los comportamientos o alteraciones de carácter) dentro de una situación de este tipo, son intentos de nuestro sistema nervioso sano, para digerir tanta información nueva y a la que hemos de adaptarnos con rapidez", explica.
Por todo ello, incide en que la implementación del programa busca "que estas reacciones puedan ser digeridas por nuestro sistema nervioso, e integradas para que se consoliden en la memoria a largo plazo de nuestros niños, niñas y adolescentes como una experiencia de aprendizaje".
FIGURA DEL PSICÓLOGO EDUCATIVO
Por su parte, Manuela del Palacio remarca que desde la sección educativa del COPG están "seriamente preocupados" porque no en todos los centros educativos, desde Infantil a Secundaria, "cuentan con una psicóloga o psicólogo educativo". "Es necesaria su presencia para atender y acompañar a todo aquel alumnado que presente una sintomatología asociada a las emociones vividas en este período".
Y es que, desde el Colexio de Psicoloxía de Galicia recuerdan que, entre los perfiles que pueden opositar a la plaza de orientación en los centros educativos, está el de psicólogo/a, junto con otros como pedagogía o psicopedagogía. "En ningún centro educativo en Galicia hay como tal, un psicólogo educativo, sino que puede ser que haya un psicólogo o psicóloga, pero ejerce de orientador".
"Por lo tanto, las competencias son distintas", aclaran recordando que se trata de una "reivindicación histórica" de este colegio profesional. "El hecho de que no se contemple la psicología como una de las profesiones que tiene que formar parte del sistema educativo, para atender el aspecto emocional y evolutivo de los niños, niñas y adolescentes, es una de las grandes carencias históricas en este sentido", argumentan.