Un informe de la Academia confirma que el monolingüismo en castellano "avanza velozmente" y que el bilingüismo es "diglósico" y "sustitutivo"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Real Academia Galega (RAG) reclama "un cambio en el modelo educativo" de Galicia como algo "imprescindible" para revertir el declive del uso del gallego. Eso sí, reconoce que "no es suficiente" con eso, sino que debe ir acompañado "de un conjunto más amplio de medidas" más allá de la enseñanza.
Esta es una de las principales conclusiones extraídas de un informe publicado por la Academia en base a los datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) el pasado mes de octubre, que alertaba no solo de que por primera vez el idioma cooficial dejaba de ser el mayoritario entre la población, sino que los niños de 5 a 14 años lo empleaban "poco o nada".
El estudio, que analiza la evolución del idioma desde 1992, evidencia que, fundamentalmente en ámbitos urbanos y periurbanos, el sistema educativo "tiene un efecto netamente galleguizador" que no se debe solamente a la lengua en la que se imparte la docencia, sino también "a la presión de la lengua de iguales", es decir, a la que se utiliza para socializar.
En este contexto, en base a las cifras del IGE, "es claro que el modelo educativo actual no está cumpliendo el mandato" de la Lei de Normalización Lingüística de 1983, que en su artículo 14.3 establece que las autoridades educativas deben garantizar que, al finalizar los ciclos en los que la asignatura de Lengua Gallega es obligatoria, los alumnos deben conocerla, en niveles oral y escrito, en "igualdad con el castellano".
Tampoco se cumple uno de los objetivos del polémico decreto del plurilingüismo aprobado por la Xunta en 2010, que dispone en su artículo 4º que uno de sus objetivos es "la adquisición de una competencia en igualdad en las dos lenguas oficiales de Galicia".
"Por tanto, existe una disonancia patente entre los objetivos de la ley y las fórmulas aplicadas para lograrlo", subraya la RAG, que ve "imprecindible" un cambio de modelo aunque debe ir "acompañado de un conjunto más amplio de medidas". De hecho, así lo reclamó en sucesivos informes el Cosejo de Europa.
Asimismo, ve necesario "revisar las orientaciones curriculares" porque "no tiene sentido" que estas sean idénticas, con los mismo objetivos y las mismas metodologías, para los aprendices gallegohablantes y para los castellanohablantes.
"EL COLAPSO"
La institución académica alerta de que "el declive cada vez más pronunciado del gallego se está acercando peligrosamente al umbral del colapso". Pese a ello, destaca la "notable vitalidad del idioma y el sólido compromiso de sectores significativos de la ciudadanía" que hacen que esta tendencia seaaún "reversible".
En este contexto, la RAG pide que "de forma urgente" se pongan en marcha "políticas eficaces" que cuenten con el "impresincible impulso" de las instituciones y con el "respaldo de la mayoría de la sociedad".
La Real Academia Galega confirma que hay en marcha un "proceso de relevo" del idioma propio, un fenómeno que se había desacelerado en las últimas décadas del siglo XX pero que "ganó un nuevo impulso a lo largo del presente siglo".
"El monolingüismo en castellano avanza velozmente, alcanzando proporciones nunca vistas en la franja de población escolarizada, mientras que son los gallegohablantes los que más practican el bilingüismo. Por tanto, este continúa siendo un bilingüismo en buena medida diglósico y asimétrico, por unilateral (de los gallegohablantes más que de los castelanfalantes) y por sustitutivo (esto es, de transición al castellano)", sentencia el informe.
UN DESPLOME DE GALLEGOHABLANTES EN 20 AÑOS
Estas conclusiones se extraen tras comprobar las cifras del IGE que señalan cómo, en las últimas dos décadas, el número de gallegohablantes --monolingües y bilingües-- se desplomó en 400.000, al tiempo que los castellanohablantes se incrementaron en 380.000. Además, los ciudadanos que hablan siempre en castellano son el grupo más numeroso (29,2%), frente a los que siempre lo hacen en gallego (23,99%).
Pero la situación entre los más jóvenes "es mucho peor", porque las respuestas a la encuesta estima que hay unos 34.000 los menores de 5 a 14 años que son gallegohablantes, frente a unos 180.000 del castellano. La caída del gallego en estos valores en los últimos 20 años es "descomunal".
Aunque una mayoría "amplia", pero "decreciente", de personas de 15 o más años todavía se declaran capaces de hablar gallego, "solo la mitad" de la población considera esta competencia como satisfactoria. "La situación es peor en la escrita", añade la RAG, porque el porcentaje de incompetentes se sitúa en el 40% y con tendencia a incrementarse. Todos estos valores son mucho más bajos en la infancia, entre los 4 y los 15 años.
Asimismo, la mayoría de niños que aprendieron a hablar en castellano mantienen el idioma y tienden hacia prácticas monolingües, mientras que los que aprendieron en gallego "mantienen menos su lengua y tienden más hacia las prácticas bilingües". Del mismo modo, los que aprendieron en ambas suelen priorizar el castellano.
En paralelo, los castellanohablantes iniciales "tienden cada vez menos" a incorporar el gallego a sus prácticas lingüísticas, cuando con los gallegohablantes pasa lo contrario: "tienden más hacia la incorporación del castellano".
UN 16 DE "DESGALLEGUIZACIÓN"
En cuanto a la transmisión intergeneracional, el mantenimiento del idioma nativo es mayoritario, pero en aquellos casos en los que hay un cambio de lengua "resulta, nuevamente, desfavorable al gallego". Así, hay un 16% de desgalleguización --personas que recibieron el gallego de sus padres pero que no se lo transmiten a sus descendientes-- por un 2% de regalleguización.
El informe también constata que las prácticas bilingües de los padres con sus hijos "acaban favoreciendo más el uso por parte de estos del castellano".
Además, teniendo en cuenta las variables sociales, se confirma que el perfil de los gallegohablantes "dibuja un grupo cada vez más envejecido", formado en buena parte con personas de estudios básicos y que viven en comarcas periféricas, con menores rentas que la media y cada vez más despobladas. La RAG pone como ejemplos la Costa da Morte, el interior de la provincia de A Coruña, las zonas al este de Lugo y el sur de la de Ourense.
Pese a que en los últimos años apareció un perfil minoritario de gallegohablantes jóvenes y urbanos, con estudios medios o superiores, la presencia del idioma es marginal en las ciudades de Vigo, A Coruña, Pontevedra y Ferrol.
En cambio, se observa una presencia "bastante sólida" en Santiago y Lugo, igual que en villas medias como Ordes y Carballo, y áreas más densamente pobladas como las comarcas de A Mariña y O Barbanza.