MARÍN (PONTEVEDRA), 15 May. (EUROPA PRESS) -
La localidad de Marín, en Pontevedra, donde "empezó todo" para el líder del PP, Mariano Rajoy, ha sido el lugar elegido por éste y por su equipo para recalar en la jornada de ecuador de la campaña para las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. Allí, ha paseado entre simpatizantes y vecinos de la localidad, con numerosas peticiones de 'selfies' y el jefe de filas del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, como fotógrafo ocasional por un día.
Rajoy llegó a la explanada de la Escuela Naval de Marín después de las 19,00 horas y cuando ya lo habían hecho previamente otros dirigentes como la ministra de Fomento, Ana Pastor, y la alcaldesa de la localidad, la popular María Ramallo. Entre saludos de los vecinos y de los numerosos afiliados que se encontraban en la Plaza de España y sus alrededores, Rajoy ha iniciado el paseo un poco más tarde de lo previsto.
Acompañado de Pastor, Ramallo, Feijóo, y también de la jefa del Legislativo gallego, Pilar Rojo, así como del popular Carlos Floriano, entre otros dirigentes, lo primero que han hecho Rajoy y su comitiva es entrar en la cafetería La Farola, donde el presidente del Gobierno se ha sacado fotografías con varios clientes y se ha dirigido a los periodistas para hacer un balance de la campaña.
"Animado" y "sin miedo" de "nadie", tampoco del partido de Albert Rivera, Ciudadanos, el presidente del Gobierno ha manifestado su convicción de que la campaña ha ido "mejorando" y ha reconocido que en Pontevedra se encuentra "muy bien". "Aquí empezó todo", ha manifestado.
Durante el paseo, los saludos y peticiones de fotos fueron constantes. Incluso Feijóo terminó realizando varias fotografías con la cámara de un simpatizante que deseaba ser retratado con Rajoy. El dirigente gallego, cámara en mano, no dudó en responder con una sonrisa a la petición del simpatizante, delante de otra cafetería en cuya terraza tomaron un refresco.
Fue un paseo tranquilo, plagado de 'selfies' y con numerosos simpatizantes movilizados ante la visita del presidente estatal y del resto de autoridades populares. Apenas hubo una voz crítica, la de una señora que, con un silbato rosa, pitó a Rajoy y le dirigió duros calificativos como "sinvergüenza, basura, asqueroso y facha".