Deloitte afirma que la compañía se financiaba con un esquema similar al piramidal, origen de muchos fraudes
SANTIAGO/MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
Pescanova destinó a inversiones un total de 833,83 millones de euros desde 2007, enfocados principalmente al negocio de la acuicultura, de los cuales la mitad correspondió al periodo 2007-2010 y la otra mitad a los ejercicios 2011 y 2012, en los que ya estaba en situación de insolvencia.
En concreto, según recoge el informe concursal, la firma registraba unos fondos propios negativos en 2011 de 789,79 millones de euros, frente a una cifra positiva de 261,94 millones contabilizada por la empresa, mientras que en 2012 se elevaron hasta -1.321,27 millones, frente a los 120,88 millones, según la empresa.
Así, la compañía llevó a cabo un "intenso" plan de inversiones en seis años, al tiempo que el nivel de endeudamiento de las sociedades del grupo con entidades financieras, así como con empresas del mismo, se iba también incrementando significativamente.
"Considerando que las cuentas anuales presentarían unos fondos propios y un patrimonio neto negativos al menos desde 2011, la sociedad estaría en situación de disolución desde al menos ese ejercicio y, por tanto, debería haber reequilibrado su patrimonio o haber solicitado concurso", señala Deloitte en su informe concursal.
Del total de inversiones realizadas desde 2007, la mayor parte, 379,27 millones de euros, se destinaron al desarrollo del negocio de cultivo del langostino 'vannamei' en Ecuador y Centroamérica, con 379 millones de euros. A esta cifra se suman otros 203 millones de euros, que corresponden a las plantas de cría y cultivo de rodaballo en el Norte de Portugal y Galicia y otros 186 millones al Cono Sur.
Dichas inversiones se financiaron mediante capital y créditos del grupo, que se recibían fundamentalmente desde la sociedad Novapesca Trading y la propia Pescanova. Únicamente las inversiones relacionadas con el rodaballo se financiaron mediante esquemas de 'Project Finance', esto es, de forma autónoma, con arreglo a un plan de negocio y sin recurso al accionista.
Desde 2010, según revela el informe concursal, la estrategia inicial de financiación interna se fue modificando y se incrementó el nivel de financiación exterior, incrementando el nivel de préstamos de entidades financieras en las sociedades locales donde se había completado la inversión.
PRACTICAS CONTABLES "IRREGULARES"
Parte de esta financiación adicional se formalizó con garantía de Pescanova, apunta Deloitte, que considera que el grupo, en general, ha venido realizando prácticas contables y de financiación "irregulares", lo que dificulta la definición temporal del momento en que la firma se encontró en una situación de insolvencia.
Adicionalmente a los desembolsos realizados en inversiones en inmovilizado, Pescanova estuvo financiando las operaciones de las sociedades que recibían dichas inversiones, al no contar las mismas con capacidad de generación de caja suficiente.
Asimismo, según detalla el informe, existen otros negocios y sociedades del grupo que a lo largo de los años recibieron 'subvenciones o ayudas' de la propia Pescanova como una forma de financiar ciertas pérdidas operativas en aquellos ejercicios en los que dichas sociedades no hubieran alcanzado los resultados de explotación esperados.
Según se detalla, la compañía gallega reconoció en sus estados financieros de 2012 unas gastos de 103,9 millones de euros y ocultó unos gastos adicionales de 82,9 millones de euros.
ESQUEMA DE FINANCIACION SIMILAR AL PIRAMIDAL.
"La acumulación de gastos financieros, tanto reconocidos como ocultados, en los últimos ejercicios no sólo es la consecuencia de una estructura de deuda excesiva e ineficiente, sino que también son la causa de parte del ingente volumen de deuda al financiarse su pago con más deuda en un mecanismo que funcionaría de manera análoga a los sistemas piramidales de financiación", señala el informe.
En opinión de Deloitte, aunque la situación patrimonial negativa no es, en sí misma, una causa de insolvencia, sí es un hecho que agrava de forma significativa la imagen de la empresa y que, por tanto, en el caso de que se hubiera reflejado en los estados financieros podría haber incidido de forma determinante en la capacidad de obtención de financiación del grupo en los pasados ejercicios y, por ello, en su capacidad de atender sus necesidades de pagos.
En este escenario, en materia laboral, no se ha acometido hasta la fecha ningún expediente de modificación sustancial de condiciones de trabajo de carácter colectivo, ni suspensión o extinción colectiva de las relaciones laborales en la concursada o sus filiales, con excepción de Acuinova, que se encuentra en concurso.