Viernes 21 de junio de 2024
Tierra de naranjos, huertas y playas. Valencia es una ciudad tocada por la magia de la naturaleza y la luz. Joaquín Sorolla, su pintor por excelencia, lo tenía claro y sus creaciones, que son un canto a la luminosidad, se han convertido en fotografías del alma de la ciudad.
Los personajes del artista valenciano disfrutaban en la playa del descanso veraniego que tradicionalmente se asocia a Valencia. Sin embargo, desde la llegada de la alta velocidad a la capital del Turia, hace diez años, Valencia ha sumado a su encanto mediterráneo, el dinamismo propio de las metrópolis del siglo XXI.
La llegada del AVE a Valencia permitió conectar de manera ultrarrápida al 23% del PIB de España y al 26% de la población española. Además, fomentó el intercambio social, económico y cultural entre Madrid y la Comunidad Valenciana haciendo de Valencia una extensión de la capital de España en plena cuenca mediterránea.
¿Te apetece perder de vista durante un día las prisas y el asfalto de Madrid? ¿Tienes ganas de una escapada flash con sabor mediterráneo pero sin perder el bullicio propio de la gran ciudad? Madrid es una de las mejores ciudades del mundo para vivir, pero un viaje express a Valencia te permitirá dejar atrás durante unas horas esa cara B de la capital que a veces se necesita olvidar y el tren te lo pone fácil.
Tren de AVE en la estación de Valencia Joaquín Sorolla - RENFE
Recorrer en AVE y Avlo los poco más de 300 kilómetros que separan las estaciones de Puerta de Atocha - Almudena Grandes y Valencia-Joaquín Sorolla para disfrutar de una fugaz jornada de desconexión es muy sencillo. Diariamente, hay once trenes AVE y cuatro Avlo por sentido, a los que se suma Intercity diario por sentido del 22 de junio al 1 de septiembre entre Madrid-València y Gandia.
El tren más madrugador llega a Valencia antes de las nueve, lo que permite comenzar la jornada con un desayuno en la capital del Turia. ¿Goloso, fanático de la arquitectura o amante de los animales? Un día en Valencia permite diseñar un itinerario a la medida, pero existen unos imprescindibles que no se deben dejar en el tintero.
El casco antiguo, corazón de la ciudad desde su fundación en la época romana, es un rincón de ensueño plagado de joyas históricas, así que una vez que te bajes del tren coge un taxi o da un paseo para aterrizar en la Ciutat Vella. La catedral de Santa María, en la que predomina el gótico valenciano, se presenta como el gran templo de la ciudad y sus mayores reclamos son la reliquia del Santo Cáliz y la Torre del Miguelete.
Vista de la Torre del Miguelete - Rober Solsona - Europa Press - ContactoPhoto
A escasos metros, en el milenario barrio del Carmen, la Lonja de la Seda, obra de arte del gótico civil realizada por Pere Compte y declarada Patrimonio Mundial en 1996, se presenta como una firme candidata a provocar el síndrome de Stendhal a aquellos que paseen por el Patio de los Naranjos o entre las hipnóticas columnas de la Sala de Contratación.
Un paseo errante por el corazón de Valencia te permitirá descubrir otros tesoros históricos como el portal de la Valldigna, antigua entrada a la Morería, o las dos únicas puertas de entrada a la ciudad medieval, la de Quart y la de Serranos. Cultura e historia son el denominador común de esta zona de la ciudad.
GASTRONOMÍA LOCAL
Sin abandonar la Ciutat Vella, el Mercat Central es una joya modernista reconocida a nivel internacional que merece un alto en el camino. Un vermú, una horchata o una cerveza artesana serán los acompañantes perfectos en la primera parada ‘gastro’ de esta jornada valenciana.
Pero más allá de la gastronomía, esta joya modernista también cuenta con tiendas de tinajas, joyas o zapatos. No te preocupes si no tienes tiempo de comprarte un capricho, el mercado cuenta con tienda on line a la que puedes acceder tranquilamente desde tu móvil durante tu viaje de vuelta a casa en tren.
Horchata - Rober Solsona - Europa Press - ContactoPhoto
AUTÉNTICA PAELLA VALENCIANA
Si hay algo universalmente valenciano es la paella. ¿Qué ingredientes componen una auténtica paella valenciana? Cada rincón de esta región tiene su propia especialidad y el debate sobre la mejor receta se antoja infinito.
Sin embargo, arroz, agua, aceite de oliva, judías verdes planas, pollo, conejo, tomate, garrofó (garrofón), pimentón dulce, romero y azafrán se han mantenido a lo largo de los años como piedras angulares de la auténtica paella valenciana.
A estos ingredientes se suma el arroz, que es el primero de los dos elementos esenciales de este plato. El segundo, es la compañía, ya que normalmente este plato se degusta entre varios comensales.
Preparando paella - Jesús Hellín - Europa Press - ContactoPhoto
Hablar de paella en Valencia es hablar de Casa Carmela, un restaurante con cien años de historia que comenzó su andadura en una barraca y que ahora es toda una institución. Paella Valenciana, arroz del senyoret o torrija de pan quemao son algunas de las delicias que ofrece la carta de este restaurante, ubicado en una de las joyas de la ciudad: la playa de la Malvarrosa.
Este arenal cristalino ha sido hogar de artistas como el escritor Vicente Blasco Ibáñez, cuya casa ahora es un museo, y ha inspirado a otros como Joaquín Sorolla, que retrató a la sociedad de la época bañándose en el mar, o al músico Antonio Vega, que dio allí mismo con la melodía de ‘La Chica de Ayer’.
Bañistas disfrutan en la Playa de la Malvarrosa - Rober Solsona - Europa Press - ContactoPhoto
UNA TARDE DE ARTE Y NATURALEZA
Tras el descanso del mediodía es el momento de disfrutar de una de las joyas neofuturistas de Valencia, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un espacio imprescindible diseñado por el arquitecto local Santiago Calatrava.
El Oceanografic y el Hemisfèric son otras de las bellezas que hay que ver en los jardines del río Turia, más de siete kilómetros de zonas verdes construidos sobre el antiguo cauce del río, que se desvió tras la Gran Riada que inundó gran parte de Valencia en 1957.
Arte, cultura y naturaleza - Donato Milione - Zuma Press - ContactoPhoto
¿Un plus? Recorriendo este gran parque fluvial puedes ir acercándote a la estación para coger el AVE o Avlo que te devolverá a casa tras una jornada refrescante. Hay trenes hasta bien entrada la noche, así que de camino, date el placer de disfrutar una vez más de la gastronomía local en alguno de los bares del barrio de Ruzafa, el ‘Malasaña’ valenciano, donde los hipsters conviven con los vecinos de toda la vida.
El día va llegando a su fin y es hora de volver a la estación, que está a unos minutos de distancia. Una vez en tu asiento, relájate durante la hora y cuarenta minutos que te separan de la vuelta al bullicio, el tráfico y la rutina de Madrid a bordo del tren de alta velocidad con mayor capacidad entre ambas ciudades y piensa en tu próxima escapada a uno de los destinos que Renfe pone en la palma de tu mano.
Tren de Avlo - Renfe