PALMA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La llegada de la primavera suele suponer para un gran número de personas el regreso de algunas incomodidades de la vida diaria que tienen que ver con las molestas alergias.
Tras varios años de sequía y contaminación intensa del aire, las lluvias abundantes del pasado mes de marzo pueden propiciar que se adelante e intensifique la polinización de ciertas plantas, como las gramíneas, agravando los síntomas alérgicos al polen (polinosis).
Conscientes del impacto que tiene la alergia al polen en la calidad de vida de las personas que la sufren, la el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares y la Organización Colegial Farmacéutica han recopilado una serie de recomendaciones para sobrellevar mejor estos episodios entre los que destacan los más orientados a la prevención y los que se centran en el uso de medicamentos.
¿SE PUEDE PREVENIR LA APARICIÓN DE LOS SÍNTOMAS DE LA ALERGIA?
A la hora de prevenir los procesos alérgicos provocados por el polen, o su mayor severidad, ante todo se debe limitar la exposición al alérgeno, evitando las salidas al campo y actividades al aire libre en los días de mayor pico de niveles de polen, según zona geográfica y especialmente en las horas de luz.
Además, es recomendable el uso de gafas de sol y mascarilla en exteriores, utilizar purificadores de aire en casa y filtros antipolen para mantener un ambiente húmedo y, cuando se viaja en coche, hacerlo con las ventanillas subidas.
Por el contrario, se desaconseja cortar el césped y podar en los días de máxima polinización.
¿ALERGIA O RESFRIADO?
Los farmacéuticos también puede ofrecer información sobre los síntomas de la alergia y del resfriado para evitar que ambos procesos se confundan, teniendo siempre en cuenta que corresponde al médico la facultad de diagnosticar y discernir si se trata de una enfermedad u otra.
Así, conviene tener presente que el resfriado puede cursar con fiebre y tos acompañada de expectoración, sin producir conjuntivitis; además, no mejora con los días de lluvia, ni empeora con el viento ni tiene carácter estacional, como sí sucede en la alergia.
También hay situaciones en las que el farmacéutico, en su línea de colaboración con otros profesionales de la salud, deriva al paciente al médico, sobre todo cuando hay sintomatología compatible con alergia, pero no hay un diagnóstico previo.
El médico no solo establecerá ese diagnóstico, sino que también identificará el alérgeno responsable. Además, conviene acudir al médico si existe sintomatología severa, asma bronquial, empeoramiento o mantenimiento de los síntomas a pesar del tratamiento. Igualmente, es necesario que el paciente consulte con su farmacéutico o con el médico si no nota mejoría con el tratamiento o ante cualquier sospecha de reacción adversa.
¿CUÁLES SON LOS MEJORES TRATAMIENTOS?
Sobre el uso de medicamentos antialérgicos, el Colegio Oficial de Farmacéuticos recuerda en primer lugar que estos están concebidos para aliviar los síntomas no para actuar sobre el origen de la alergia. Teniendo esto en cuenta, el tratamiento farmacológico más habitual lo constituyen los antihistamínicos de segunda generación, que puede ser con o sin receta médica, dependiendo del principio activo y la presentación.
A diferencia de los antihistamínicos clásicos (o de primera generación), los de segunda son más selectivos y provocan menos somnolencia y reacciones adversas.
Hay que recordar que en su mayoría se toman en una única dosis diaria por vía oral, en forma de comprimidos y es un tratamiento sintomático, que alivia el picor nasal y ocular, el lagrimeo, los estornudos y el goteo nasal, pero no actúa sobre la causa que origina la alergia.
Estos fármacos pueden usarse de forma puntual o durante largos periodos de tiempo, según la indicación.
También existen otros tratamientos para el alivio de síntomas nasales, como los corticoides o antihistamínicos y sus combinaciones en espray por vía nasal; síntomas oculares, como los colirios antihistamínicos, y para tratar el asma bronquial, como los inhaladores con broncodilatadores y corticoides, siempre sujetos a prescripción médica.
Sobre los inhaladores, el farmacéutico, como experto en el medicamento, resuelve dudas relacionadas con el correcto uso de estos dispositivos, explicando las pautas necesarias para una correcta técnica inhalatoria y garantizando, así, la eficacia del tratamiento.
¿CUÁNDO SE TOMA EL MEDICAMENTO?
Conviene prestar especial precaución en personas mayores de 65 años y niños y evitar tomar la medicación con comidas muy grasas o zumos de frutas, ya que pueden afectar a la biodisponibilidad del fármaco, optando mejor por tomar los comprimidos con un vaso de agua, son otros consejos que el farmacéutico ofrece al paciente con alergia.
Asimismo, hay que estar atentos a las posibles interacciones, por eso es importante conocer toda la medicación que toma el paciente para minimizar el riesgo de que se produzcan.
Precisamente, hay que evitar sustancias que causan somnolencia (como el alcohol, los sedantes y los hipnóticos) o que se metabolicen por la misma vía (como algunos antibióticos, antidepresivos o antifúngicos).
En algunos casos graves, se pueden administrar vacunas antialérgicas individualizadas de dosis repetidas lo largo de varios años de un extracto que contiene la sustancia alérgena, lo que restablecerá el equilibrio de la respuesta inmunitaria.