PALMA DE MALLORCA, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los baleares (84%) aseguran que modificarían por completo o parcialmente su anatomía, según se extrae de la undécima Edición del Panel Herbalife sobre Hábitos de Vida Saludable de los españoles, elaborado por el instituto Sondea.
Asimismo, el 62 por ciento de los encuestados afirma que es un aspecto fundamental a la hora de conseguir un buen trabajo y de aumentar su autoestima (82 por ciento).
Sin embargo, más de la mitad de la población de las Islas Baleares (60 por ciento) no realiza regularmente ningún tipo de actividad deportiva y reconocen no sentirse en buena forma física (56 por ciento).
Por su lado, la población balear, como en el conjunto de España, tiene acceso a un gran volumen de información sobre hábitos de alimentación y vida saludable y se considera informada y conocedora de los pasos a seguir para mantenerse sanos.
De hecho, el 94 por ciento asegura saber qué tipos de alimentos deben consumir y cuáles no para comer de forma más saludable.
Aunque la mayoría de los encuestados reconoce que intenta seguir una alimentación más sana (76%), buena parte de ellos confiesan caer de vez en cuando en las "tentaciones" culinarias (68,18%) y el 36,36 por ciento de ellos afirma que comer sano es muy caro.
El especialista en Medicina Deportiva, nutricionista y miembro del Consejo Asesor de Nutrición de Herbalife Internacional, Julián Álvarez, aclara en este sentido cómo el actual estilo de vida está haciendo mella en la salud de la población: "Vivimos inmersos en un ritmo de vida frenético, comemos cualquier cosa sin pensar en la calidad de los alimentos ni en combinarlos de manera adecuada y nos despreocupamos de aspectos tan importantes como son la alimentación y el sueño".
ALIMENTACIÓN DE PADRES E HIJOS
Por otro lado, la población de las Islas Baleares también tiene claro que estos factores traerán consigo consecuencias en el futuro. Así, según las respuestas de los encuestados, la alimentación ha variado considerablemente a lo largo de los años y va ligada estrechamente a los cambios generacionales.
Mientras que ellos mismos valoran su alimentación con una puntuación media de 6,06 en una escala de 0 a 10, a la de sus padres le ponen como nota un 6,70; mientras que la de sus hijos se sitúa en el aprobado (5,24). Aun así, la mayoría reconoce que su alimentación ha cambiado a mejor con los años (52 por ciento).