PALMA, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha informado, este miércoles, de la detención de un hombre, de 42 años de edad y origen español, por colocar una cámara en una botella de agua en unos baños y grabar sin su consentimiento al menos a 38 mujeres.
En una nota de prensa, la Policía ha explicado que el hombre colocó la cámara en los baños de su establecimiento, situado en el centro de Palma.
Por lo visto, el presunto autor disponía de dos dispositivos de grabación ocultos en botellas de agua, que se comercializan en ese formato para lograr captar imágenes sin que se percate la persona grabada ya que la cámara capta perfectamente la imagen y el sonido a través de una etiqueta especial que simula ser la de una marca de agua mineral y el líquido que contiene hace invisible la propia cámara.
Al parecer el detenido llevaría al menos dos años colocando estos aparatos en el baño femenino para captar imágenes cuando las mujeres entraban. La botella con la cámara oculta fue descubierta casualmente por una clienta que al comprobar el hallazgo lo entregó a la Policía relatando lo ocurrido y explicando que ya en 2020 localizó otra botella igual que destruyó, según su versión.
Los agentes del grupo de Investigación de la Comisaría Centro de la Policía Nacional se hicieron cargo de la investigación, comprobando que se trataba de una cámara que se activa por movimiento. Así, cada vez que una mujer entra en el aseo y que contenía una tarjeta micro SD.
Los investigadores procedieron al análisis de la tarjeta SD, que disponía de más de 100 archivos, comprobando por un lado que hasta 38 mujeres distintas habían quedado retratadas por la cámara, y por otro que cada pocas pistas de grabación aparecía una y otra vez un mismo varón a comprobar el correcto funcionamiento del aparato.
Una vez constatado que se trataba de uno de los socios de la empresa, los investigadores procedieron a su detención este martes, incautando todo el material electrónico de que disponía esta persona tanto en su vivienda como en el bar.
En el local tenía las dos botellas de agua citadas, una aún con la cámara, en esta ocasión ocultas tras la barra, y en su vivienda un portátil, donde al parecer accedería al contenido de las grabaciones, y otras 44 tarjetas de memoria adaptadas para su uso con la cámara, la mayoría de 32 gigabytes.
En total se calcula que podría haber cerca de 5.000 vídeos. A falta de un análisis pericial del material intervenido, la Policía ha señalado que no hay por el momento indicios de que haya compartido las grabaciones con terceros por lo que en un principio solamente se le imputa un número aún por determinar de delitos de descubrimiento de secretos.