PALMA DE MALLORCA, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
Dulce Linares, que fue la jefa del gabinete del ex presidente del Govern, Jaume Matas, ha declarado, en relación a quién dio la orden de invertir 47 millones para la construcción del velódromo Palma Arena, que el ex director general de Deportes, José Luis 'Pepote' Ballester, "no daría un paso de envergadura sin haberlo consultado con Matas".
Durante su declaración como testigo en el juicio por las piezas 8 y 9 de la macrocausa del Palma Arena, Linares ha explicado que no sabe quién dio esta orden y que debió "ser fruto de un proyecto" pero que Matas y Ballester "tenían una relación directa en temas de deportes".
Así, a preguntas de la representante del Ministerio Fiscal, Laura Pellón, ha dicho que Matas y Ballester "hablaban de todos los temas importantes". "Si se trataba de un proyecto de tal envergadura, el presidente lo conocía porque ellos dos lo comentaban", ha dicho después.
Por otro lado, ha explicado que el presidente "dio la orden" de que desde Vicepresidencia se diera apoyo al Consorcio para la construcción del Palma Arena -dependiente de Presidencia- porque Ballester consideraba que "no se iban a cumplir los plazos" ya que estaba previsto que las obras acabaran en 2007 para poder celebrar el mundial de ciclismo.
"El presidente dio la instrucción de que se apoyara al 100% a la estructura del consorcio para la construcción del Palma Arena", ha dicho.
Sobre la contratación de los arquitectos García-Ruíz, ha señalado que esa cantidad -se les contrató por nueve millones de euros- "es imposible" que se apruebe "si no pasa por Consell de Govern".
MATAS "DIO LA INSTRUCCIÓN"
En la sesión de ayer, el ex director general de Deportes, José Luis 'Pepote' Ballester, aseguró que fue Matas, quien "dio la instrucción" de contratar, sin publicidad y sin concurso, al arquitecto Ralph Schürmann para construir el velódromo Palma Arena y que, posteriormente, dio la "orden" de contratar, a los hermanos García-Ruíz.
En este juicio, derivado de las piezas 8 y 9 del Palma Arena, la Fiscalía y la Abogacía de la Comunidad tratan de averiguar si la contratación de los arquitectos encargados del velódromo fue irregular. A Schürmann se le contrató por 9,4 millones y al despacho de los García-Ruíz por nueve millones.
Por su lado, Matas aseguró que en su momento nadie le dijo que "el proceso fuera ilegal" y solo admitió la "responsabilidad política". Así, se desligó de los trámites administrativos para la ejecución de la infraestructura.
De esta manera, negó ser él quien pidiese a la fundación Illesport, dirigida por Ballester, la elaboración del proyecto y que la elección de Schürmann, como primer arquitecto se llevó a cabo tras un informe presentado por el propio Ballester.
Matas se enfrenta a una pena de cárcel total de cuatro años -le piden dos años por cada pieza- por los delitos de prevaricación, fraude y falsedad documental.
A Ballester, que tiene un atenuante de colaboración con la justicia, se le imputan los mismos delitos aunque la pena es de seis meses de cárcel (sustituible por una multa de 1.000 euros)
Esta es la cuarta vez que Matas se sienta en el banquillo tras el juicio por el caso Nóos, el de los discursos escritos por el periodista Antoni Alemany y por la contratación ficticia de su mujer, Maite Areal, en el hotel Valparaiso.