Otros dueños denuncian "frecuencia excesiva" de agentes en su local para obligarles a cerrar antes
PALMA, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un propietario de un negocio de ocio nocturno de Palma ha asegurado, este miércoles durante el juicio por el caso Cursach, que un policía local le pidió dinero para arreglar su licencia.
Durante su declaración como testigo en el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, ha señalado que tenía problemas con sus permisos y un policía, que ha identificado como Miguel Estarellas, le dijo: "Con dinero, esto se podría arreglar".
Cabe recordar que el agente Estarellas falleció antes del juicio, con lo cual el resto de las partes han declinado preguntar al testigo.
Previamente, los propietarios de un bar de Palma han asegurado que un policía local tomaba copas sin pagar. Ante preguntas del Ministerio Fiscal, uno de los testigos ha justificado que permitía este comportamiento porque "estaba 'acojonado' por sus formas y su presión". En concreto, ha detallado que el policía venía de paisano, pero desconocía si estaba en horario de trabajo.
Los testigos, que regentaron entre 2008 a 2013 el local Aloe, han indicaron que este establecimiento tuvo inspecciones pero después cesaron "porque tenían los requisitos que exigían". A pesar de tener licencia de apertura hasta las tres de la madrugada, el interrogado ha explicado que cerraba a la una porque "me decían que era lo que tenía que hacer".
El fiscal Tomás Herranz le ha indicado si no sabía que era una zona declarada como acústicamente contaminada, a lo que el testigo ha asegurado que en esos años ya no lo era. Más adelante ha relatado un acontecimiento cuando era dueño de La Bodeguita junto con su mujer, cuando ésta estaba limpiando el local después de cerrar.
Según sus palabras, un agente, que ha identificado como Gabriel Mayol, levantó la persiana y empezó a preguntarle a su mujer por cosas "extrañas" como cuánto tardaba en limpiar o por qué no ponía el aire acondicionado. "Me enfrenté a él y discutí fuerte, pensé que iba a acabar muy mal pero simplemente se fueron", ha añadido.
Su mujer ha coincidido en el relato y recalcado que la frecuencia tanto de Mayol, para quien la Fiscalía pide nueve años y seis meses de cárcel, era "excesiva" en su local.
Anteriormente, otro empresario, ex propietario de un local de ocio nocturno del Paseo Marítimo de Palma, ha señalado el "acoso semanal" llevado a cabo por la Patrulla Verde sobre su establecimiento.
En el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, el testigo, que era copropietario de un local competencia del Grupo Cursach en el Paseo Marítimo, ha achacado la tensión a que "no podían soportar que con su grandeza" le hicieran competencia.
"El monopolio se le rompía. No soportaban que lleváramos gente y que se divirtiera más. Tenían que matar eso", ha asegurado, para después relatar un enfrentamiento con el director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, en el que supuestamente sufrió amenazas.
El motivo, según sus palabras, fue la denuncia a unos autocares del Grupo Cursach frente a la puerta de Tito's. "Me dijo '¿tú me has parado el autocar? Muy bien, mañana hablamos'. Al día siguiente hubo dos autocares y consiguieron los permisos en 24 horas, algo raro conseguirlo tan rápido", ha aseverado.
El empresario ha indicado que trabajó en el local Level, que más tarde sería Divino, desde 2007 hasta 2015 cuando tuvo que irse porque "no había dinero". Entre lágrimas, ha confesado que su salida fue "muy traumática" ya que lo perdió "todo", incluso tuvo que volver a casa de su padre con 50 años.