PALMA DE MALLORCA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ex gerente del Ibisec durante el segundo Govern de Jaume Matas ha corroborado este martes que el contenido del contrato para la ópera de Palma vino "impuesto" porque "se tenía que adjudicar" al arquitecto Santiago Calatrava.
Así lo ha manifestado durante su declaración como testigo este miércoles en el juicio por la tercera pieza del Palma Arena. Su versión coincide con la de otros técnicos del Ibisec que este martes aseguraron que fueron presionados para afirmar en informes que el proyecto sólo lo podía realizar Calatrava.
La fiscal, Laura Pellón, ha preguntado al ex gerente si todo el expediente fue "un formalismo para vestir un acuerdo previamente adoptado", a lo que el testigo ha respondido afirmativamente. "Ya estaba acordado", ha apostillado.
El testigo ha contado que el entonces conseller de Educación y Cultura, Francesc Fiol, le transmitió que tenían que hacer un concurso para la redacción de la remodelación del Moll Vell, que este encargo venía de Presidencia y que "se tenía que adjudicar a Calatrava".
En este sentido, el gerente ha confirmado que los técnicos "tenían que decir que las características de la arquitectura de Calatrava se adaptaban al proyecto".
En cuanto al precio --1,2 millones de euros por el diseño del proyecto--, ha detallado que venía especificado en el acuerdo del Consell de Govern. "Me dijeron que era el precio que tenía que incluir", ha dicho.
En este sentido, el ex gerente del Ibisec ha señalado que hubo "prisas". "Se me insistía en que aquello pudiese llegar a la adjudicación lo más rápido posible", ha narrado. Eso le provocó "cierta inseguridad".
Asimismo, ha declarado que aunque manifestó su oposición, él "no era la pieza imprescindible" para la tramitación. "No me quedaba otra", ha enfatizado.