PALMA, 18 May. (EUROPA PRESS) -
La exhumación del cementerio de Mancor de la Vall ha finalizado este miércoles sin que se hayan encontrado pruebas evidentes que permitan confirmar el hallazgo de los restos de Adolfo Quesada Ripoll, única víctima de la que se tenía constancia que estuviera enterrada en la fosa municipal.
Sin embargo, la Asociación Memoria de Mallorca sí ha localizado en Biniamar a familiares de esta víctima del franquismo, que han confirmado que Adolfo Quesada era natural de Inca, trabajaba en la cantera de Murterar y estaba casado con una biniamaresa.
El Govern, según ha explicado la Conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática en una nota de prensa, ya trabaja por entregar a la familia el Certificado de Víctima del Franquismo y colocará además junto a la fosa un árbol de la memoria que le recuerde en el cementerio.
El secretario autonómico de Memoria Democrática, Jesús Jurado, ha señalado que aunque la intervención no ha dado resultados positivos, se sabe que hay familiares de Adolfo Quesada y que continúan residiendo en el que fuera su pueblo.
"Hemos recuperado la memoria, no solo de su terrible asesinato, sino también sobre su vida", ha añadido.
Jurado ha resaltado las convicciones progresistas de Quesada, así como su compromiso con la mejora de las condiciones de vida de las personas que menos tenían.
Durante los últimos cinco días, un equipo de arqueólogos y antropólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha realizado un sondeo de tres por tres metros en la esquina noroeste del cementerio antiguo, exactamente en el primer cuadrante de la derecha del recinto original del cementerio, a tres metros de la entrada, e incluso lo ha ampliado a los cinco metros, sin que la intervención haya arrojado resultados concluyentes.
El espacio trabajado coincide con el señalado como lugar de enterramiento de esta víctima de la Guerra Civil según la documentación oficial de la época y, en concreto, según las diligencias abiertas tras su asesinato la noche del 4 al 5 de septiembre de 1936 y recogidas en la causa 402/1936.
Es por eso que existen "pocas dudas", han apuntado, de que ésta no fuera la fosa en la que inhumaron el cuerpo de Adolfo Quesada.
Sin embargo, la ausencia de restos que coincidan con la descripción recogida en dicha documentación sobre su asesinato y posterior inhumación, así como la aparición de numerosos restos óseos en el área intervenida, correspondientes al funcionamiento habitual del cementerio, no permiten establecer un resultado definitivo.
La hipótesis más probable, han explicado desde Aranzadi, es que los restos de Adolfo Quesada fueran removidos en la remodelación del cementerio que se llevó a cabo en los años 80, y que afectó al recinto antiguo del cementerio, y depositados en la osera junto a otros restos.
El director de la intervención, Jaume Servera, ha explicado que a partir de la poca cultura material recuperada, principalmente botones, así como de la secuencia estratigráfica, se piensa que los restos de los 25 individuos localizados, de edad diversa, y las cinco reducciones documentadas en el área intervenida, pertenecen al funcionamiento habitual del cementerio de finales del siglo XIX y principios del XX y serían, por lo tanto, anteriores a los hechos de 1936.
Servera ha recordado que solo realizando la intervención se podía descartar la hipótesis de la localización de los restos de Adolfo Quesada en la ubicación que indicaba.
Sin embargo, ha añadido, una vez concluida la intervención de campo, las conclusiones finales quedan pendientes del procesamiento más preciso de la información recogida.
La Conselleria ha señalado que la exhumación del cementerio de Mancor de la Vall para localizar los restos de Adolfo Quesada se enmarca en el Tercer Plan de Fosas del Govern (2021-2022) y fue aprobada por la Comisión de Fosas y Desaparecidos de la Guerra Civil y el Franquismo el pasado día 10.