Las identificaciones de la fosa de Porreres estarán terminadas en otoño

Las doctoras Baeta y Palencia trabajando con restos óseos de la fosa de Porreres
CAIB
Actualizado: jueves, 16 marzo 2017 17:57


PALMA DE MALLORCA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Conselleria de Transparencia, Cultura y Deportes ha avanzado este jueves que las identificaciones de los restos encontrados la fosa de Porreres podrían estar listas en otoño, tal y como se lo ha transmitido el equipo científico encargado.

La consellera Ruth Mateu, acompañada del director general de Cultura, Jaume Gomila, y el secretario general Xavier Bacigalupe, han visitado este jueves las instalaciones del centro de investigación Lascaray Ikergunea, donde trabaja el equipo de Biomics, para conocer cómo se realiza el proceso de identificación de las 52 muestras óseas que se extrajeron en la fosa de Porreres durante el noviembre pasado.

El equipo está formado por la catedrática de Biología celular de la Universidad del País Vasco, Marian Martínez de Pancorbo, y las doctoras Miriam Baeta, Carolina Núñez y Leire Palencia. Lleva analizando las muestras desde el 30 de noviembre, momento en que el equipo de Aranzadi se las entregó, junto con las muestras de ADN de los familiares.

EL PROCESO DE IDENTIFICACIÓN

Las doctoras Baeta y Palencia han explicado a la consellera los detalles del trabajo de identificación. El primer paso, después de recibir las muestras óseas y las recogidas de los posibles familiares (se recogieron muestras de 99 familiares durante el proceso de exhumación) es introducir los datos en las bases de Lascaray para documentar todo el proceso.

Las muestras óseas se llevan al laboratorio de limpieza de hueso, en el que se documentan los restos a través de fotografías y se analiza cada resto para ver de qué zona se puede tomar una muestra que facilite tras la extracción del ADN.

Si son dientes, se extraen los que están en mejor estado. Si son huesos, se eligen los que sean más largos y se corta la zona más gruesa con la que se trabajará posteriormente. Después, se limpia con bisturí y vidrio para sacar la tierra y los restos de ADN que puedan quedar de la manipulación durante la exhumación y se pasa la muestra por luz ultravioleta para desinfectar por completo.

Una vez limpio, se hace polvo para tener acceso directo a las células del centro de la muestra.

La segunda fase del proceso se realiza en un laboratorio aparte, donde se prepara la muestra para extraer el ADN puro, rompiendo las células del hueso. Se hace entonces la cuantificación, proceso por el cual se sabe si se ha podido obtener realmente ADN en condiciones para posterior estudio.

También sirve para saber si la muestra de ADN está en buen estado o se ha deteriorado y si se han mezclado otros elementos en el proceso de limpieza que puedan dar problemas a la hora de analizarlo.

En una tercera fase, las muestras pasan por el análisis molecular, en el que se buscan marcadores nucleares que permiten identificar de qué persona se trata, comparando con el ADN de las muestras de los posibles familiares.

Se analizan también marcadores de linaje, que no identifican a una persona en concreto, pero permiten saber si pertenecen a la misma familia.

En esta fase de estudio, se analizan los cromosomas 'Y' si las muestras de ADN se han conseguido por vía paterna o el ADN mitocondrial, si es por vía materna; y el cromosoma 'X', que se usa como marcador adicional.

Todos estos resultados pueden obtenerse a la primera y hay que repetirlos para intentar obtener el mayor número de marcadores, para asegurar con mayor eficacia que las muestras coinciden.

El análisis de las muestras de familiares sigue el mismo proceso, excepto la fase de limpieza, debido a que las muestras se recogen directamente del individuo.

La doctora Baeta ha indicado que "dependiendo de la relación familiar, es más fácil obtener la identificación". Lo más fácil es de padre a hijo, pero "es mejor tener diferentes muestras en caso de que la relación no sea directa por vía paterna".

"Hay familiares con los que es muy complicado hacer la comparación, como es el caso de una nieta que busca su abuelo por vía paterna", ha señalado.

"El proceso de identificación de restos antiguos, como es el caso de Porreres, es algo realmente delicado, en el sentido de que tenemos que estar muy seguras de las conclusiones que se trasladarán a los familiares por la carga emocional que conlleva", ha explicado Marian Martínez de Pancorbo.

Al final de la visita, la consellera Mateu ha aplaudido la "profesionalidad" del equipo y ha expresado "tranquilidad" por "el hecho de que es de los pocos equipos en España que cuenta con una gran experiencia en casos similares".

El director de la exhumación, Francisco Etxeberria, presidente de la sociedad de Ciencias Aranzadi, también ha acompañado a la consellera en la visita.

Mateu también se ha reunido con la directora del Instituto Gogora (Instituto de la Memoria, la Convivencia y derechos humanos del País Vasco), Aintzane Ezenarro, para conocer el trabajo de este organismo en términos de memoria democrática y plantear colaboraciones.

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