PALMA 8 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares celebrará este miércoles (10.00 horas) el juicio contra una mujer que extorsionó a una excompañera de trabajo para que, primero, le entregara dinero bajo la identidad de un falso abogado y, posteriormente, ejerciera la prostitución, actividad por la que llegó a conseguir 600.000 euros.
Según detalla el fiscal en el escrito de acusación en el que pide siete años de prisión, la acusada entabló amistad con la víctima en el trabajo entre los años 2003 y 2009, hasta el punto que fue la madrina de su hijo y tenía las llaves de su casa de Palma.
En un momento dado, la mujer pidió ayuda a la encausada por ciertas notificaciones judiciales que había recibido, para lo que esta le recomendó un supuesto abogado con un número de teléfono que era empleado por la presunta extorsionadora.
De este modo, empezó a indicarle que para solucionar sus problemas debía hacer diversos pagos de dinero que dejaba en su buzón o bien entregaba a la acusada. Asimismo, bajo órdenes del falso abogado, también puso a disposición de su excompañera de trabajo su DNI, un ordenador portátil y tarjetas bancarias.
Al mismo tiempo, contactó con ella a través de otro número de teléfono para el que se inventó la identidad de un supuesto mafioso, que empezó a extorsionarla con que para evitar la cárcel y perder a su hijo, tenía que pagar más dinero, por lo que pidió prestados 30.000 euros a unos parientes. Una cantidad que entregó a la acusada.
En 2012, la víctima se trasladó a Asturias --de donde era originaria-- y pidió prestado a su abuela otros 80.000 euros, que también envió a acusada. Desde diferentes números, volvió a enviarle mensajes amenazantes y le conminó a prostituirse para no perder a su hijo, por lo que en 2013 empezó a ejercerla en dos clubes de Avilés.
Entre ese año y 2017, la acusada le seguía mandando mensajes para exigirle cantidades de dinero hasta que se vio obligada a prostituirse con un único día de descanso al mes.
Las cantidades que la víctima conseguía, las ingresaba en su cuenta y la acusada lo retiraba en Mallorca, ya que contaba con la tarjeta y las claves de la cuenta. En otras ocasiones, lo metía en cuentas que le había indicado en remesas que oscilaban entre los 250 y los 800 euros diarios hasta que finalmente fue detenida en septiembre de 2017.
Por todos estos hechos, se le imputa un posible delito de extorsión continuado, por el que pide cuatro años de cárcel, y de determinación a la prostitución, por el que se pide otros tres.
Además, el Ministerio Público también solicita una orden de alejamiento a 500 metros y le prohíbe comunicarse con la víctima durante diez años, una indemnización de 600.000 euros por las cantidades obtenidas, otros 50.000 por daños morales y el pago de una multa de 6.000 euros.