PALMA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
La repetición del juicio contra Pau Rigo, el anciano de Porreres (Mallorca) acusado de matar a un ladrón que entró en su casa en 2018, comenzará este jueves (10.00 horas) en la Audiencia Provincial con la constitución del jurado popular.
A la configuración del jurado seguirán los informes previos de las partes. La vista oral seguirá al día siguiente, también a partir de las 10.00 horas, con los interrogatorios a los acusados. El juicio podría prolongarse hasta el 22 de noviembre.
Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) ordenó repetir el juicio declarando nula la sentencia que en diciembre de 2023 absolvía al jubilado, al estimar un recurso de la Fiscalía.
El juicio había terminado con un veredicto que inicialmente se interpretó como condenatorio, pero tras detectar que no se había alcanzado la mayoría suficiente, se iniciaron una serie de recursos por los que finalmente la magistrada dictó la absolución, extremo que recurrió el Ministerio Público y cuyo recurso desembocó en la repetición.
ACUSACIONES DE ROBO Y HOMICIDIO
El fiscal acusa a los asaltantes de robo con violencia en casa habitada y lesiones, mientras que mantiene contra el anciano la acusación de homicidio.
Los hechos enjuiciados ocurrieron en febrero del año 2018 en una finca de Porreres (Mallorca) durante la comisión de un robo.
La Fiscalía solicita por el delito de robo con violencia una pena de 5 años de prisión, por el delito de lesiones 1 año de prisión y por el delito de homicidio 4 años de prisión.
La acusación pública pide que uno de los asaltantes pague al jubilado 25.000 euros por las lesiones, mientras que Rigo tendría que pagar 100.000 euros a la familia del asaltante que perdió la vida.
La defensa de Pau Rigo, que ejerce el letrado Eduardo Valdivia, pide la absolución incidiendo en la legítima defensa haciendo especial hincapié en que tras entrar los dos encapuchados a su casa armados con patas de cabra y tratar de agredir al anciano cuando fueron sorprendidos en pleno robo, éste, al esquivar la agresión disparó en un gesto de defensa, pero sin ninguna intención de acabar con la vida del ladrón, a quien al no llevar el anciano las gafas puestas, ni siquiera alcanzaba a distinguir.