PALMA 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Conselleria de Salud ha retirado unas 450 unidades de varios productos, relacionados con la festividad de Halloween, que presentan un riesgo de seguridad tipificado como grave.
Este es el resultado de las actuaciones llevadas a cabo las últimas semanas por el Servicio de Inspección de Consumo y Vigilancia del Mercado, según ha informado la Conselleria este jueves.
Como todos los años, este servicio, dependiente de la Dirección General de Prestaciones, Farmacia y Consumo, realiza una campaña de inspección en Mallorca, Menorca e Ibiza en la que se buscan productos que incumplan la normativa de seguridad general.
Asimismo, se da prioridad en la búsqueda a los productos destinados a la población infantil, que participa mayoritariamente en esta celebración. Posteriormente, se realiza un rastreo de los establecimientos distribuidores, importadores y fabricantes.
En concreto, han señalado, los productos retirados y destruidos son principalmente disfraces, complementos de disfraz y artículos decorativos de Halloween.
RECOMENDACIONES PARA UNA FIESTA SEGURA
La Dirección General de Prestaciones, Farmacia y Consumo recuerda la importancia de asegurarse que los productos y los disfraces cumplen los requisitos de seguridad exigidos, especialmente si van dirigidos a la población infantil, para garantizar una fiesta segura.
Así, al comprar disfraces hay que tener en cuenta que, si son para menores de siete años, no deben llevar cuerdas ni cordones en la zona del cuello. Si son para mayores de siete años, los cordones no pueden ser superiores a 7,5 centímetros de largo, mientras que si son para un menor de 14 años, se deben indicar las advertencias de seguridad.
Igualmente, conviene comprobar que los complementos no tengan partes puntiagudas ni piezas pequeñas que se puedan desprender. En relación con las caretas, deben tener orificios de ventilación suficientes y ser adecuadas para el tamaño y la edad de las personas que las vayan a usar.
En cuanto a los productos de maquillaje y tintes de cabello, Consumo recuerda que pueden causar reacciones alérgicas, al contener sustancias químicas. Por ello, se aconseja hacer pruebas previas en alguna zona de la piel y, después de usar el producto, hacer una buena higiene facial y corporal para que no queden restos.
Asimismo, es conveniente tener cuidado con los pintuñas, ya que contienen disolventes, y evitar los espráis para teñirse el pelo, que se pueden sustituir por pelucas, pañuelos o gorros de color.
Por otro lado, señalan que se debe vigilar que el etiquetado indique, como mínimo, el nombre del producto, el fabricante o importador, la dirección, la fecha mínima de caducidad, el número de lote y los componentes, la marca, el país de origen y el marcaje CE, un indicador fundamental de la conformidad de un producto con la legislación de la Unión Europea.
Los disfraces, las máscaras, las pelucas y los complementos deben ser resistentes al fuego, tiene que constar la advertencia de mantener alejado del fuego y estar fabricados con materiales no inflamables o de baja combustión.
En relación con los productos de pirotecnia, como bengalas o petardos, Consumo advierte que solo se pueden vender en establecimientos autorizados. La clasificación en función de los posibles consumidores y riesgos se divide en los de la clase I, para mayores de 12 años; clase II, para mayores de 16 años, y los de clase III, para mayores de 18 años.
Por otro lado, apuntan que si se opta por elaborar el disfraz, se pueden utilizar materiales reciclados, ir a tiendas de segunda mano o intercambiarlas, evitando así el consumo de plástico nuevo presente en la mayoría de los disfraces, cuya composición es el poliéster y también en los accesorios, como por ejemplo pelucas sintéticas, gorros, máscaras o cubos.
En esta línea, remarcan que optar por el producto local estimula el comercio de proximidad y aumenta la competitividad del comercio y del sector primario de la región. También es recomendable comprar preferentemente en establecimientos y comercios adheridos al Sistema Arbitral de Consumo.
Por último, recuerdan la importancia de conservar las facturas, tiques o justificantes de compra para una posible reclamación. Este comprobante de compra debe identificar el producto, el precio, la fecha de adquisición y el nombre y el CIF del vendedor.