"La conclusión final es que estoy arruinado pero absuelto", ha dicho el empresario
PALMA, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, ha cargado este miércoles, último día del juicio por el caso Cursach, contra la fase de instrucción, concretamente contra el juez Manuel Penalva, el fiscal Miguel Ángel Subirán y los policías del grupo de Blanqueo de Capitales, aunque ha celebrado haber vencido a esa "tormenta perfecta".
"Es la primera vez que no hago caso a mi abogado", ha bromeado Sbert antes de arrancar su intervención ante el Tribunal, a quien ha confesado que todo el proceso provocó que intentara suicidarse.
"Nuestros padres nos han inculcado unos valores, entre ellos el respeto y el compromiso, que la policía era buena y que la justicia era buena, pero de pronto nos encontramos en prisión", ha relatado el exdirector general, que ha señalado que en ese momento fue cuando apareció "San Antonio", en referencia a su abogado, Antonio Martínez.
En este punto, ha contado que el letrado le confesó que se encontraban "ante la tormenta perfecta", en la que participaban un fiscal, un juez y un grupo de policías, "la élite del momento".
"Ya dije que estaban contaminados y cada uno de nosotros llevamos puesta esta cruz, fuera somos la mafia", ha criticado.
Así, el empresario ha lamentado que, debido a la fase de instrucción, perdió su trabajo, se destruyeron todas las empresas que había construido junto al empresario Bartolomé Cursach y, por ende, su puesto "desapareció".
"La conclusión final es que estoy arruinado pero absuelto", ha añadido el empresario, que ha insistido en todo momento en su inocencia y en la del resto de personas sentadas en el banquillo.
"No hemos hecho daño a nadie y ahora haré lo posible y lo imposible para que la justicia sea lo que hay aquí dentro", ha valorado Sbert, agradeciendo a Fiscalía, defensas y al Tribunal la absolución.
"Deseamos y aceptamos la disculpa de todo el dolor que se nos ha causado, creo necesariamente que necesitábamos esas palabras", ha concluido el empresario, dirigiéndose especialmente al fiscal Tomás Herranz.
"VOLVERÉ A CREER EN LA JUSTICIA"
Uno de los dos únicos acusados que se mantienen en el caso Cursach, el policía Gabriel Mayol, ha reconocido ante el Tribunal, haciendo uso de su derecho a la última palabra, que volverá "a creer en la justicia", ya que hasta ahora estaba "totalmente decepcionado".
En este sentido, ha lamentado que se "pasaron límites" durante la fase de instrucción introduciendo a su esposa, trabajadora de los juzgados, a quien "calumniaron de manera gratuita", según ha relatado. "Los instructores se dedicaban a hablar de mí, mentiras evidentemente, y ella tuvo que soportar eso", ha sentenciado.
Por último, se ha referido a la intervención este miércoles del fiscal Tomás Herranz, que ha explicado su retirada de acusación. "Es para quitarse el sombrero", ha dicho el acusado.
El otro imputado en la causa, el agente Josep Mayans, no ha querido hacer uso de la última palabra, aunque otros compañeros, ahora absueltos, sí han querido aportar sus últimos comentarios en la Sala.
El primero de ellos ha sido el exjefe de la Patrulla Verde que, además de sumarse a la recuperación de confianza en la justicia, ha aprovechado su declaración para pedir la revisión de condena de Rafael Puiggrós, actualmente en prisión. "Fue condenado por una investigación que hizo el mismo juez, el mismo fiscal y en la misma época donde todo valía", ha reivindicado.
Por su parte, el oficial de la Patrulla Verde Feliciano Franco ha lamentado que se les acusara de cosas "que se han demostrado inciertas" y ha sentenciado la actuación del Ayuntamiento de Palma. "Está claro, son ocho años de legislatura; sacaron rédito de fustigarnos públicamente", ha criticado.
Antes de finalizar el juicio, otros absueltos han aprovechado también el turno de palabra que ha ofrecido el Tribunal, censurando que se les acusara de hechos que no han sido probados y recordando las repercusiones personales y profesionales que ha tenido el procedimiento sobre cada uno de ellos.