MADRID(EUROPA PRESS)
La tasa a la que se está acumulando el CO2 en la atmósfera se ha estancado en los últimos años, porque la vegetación de la Tierra está capturando más carbono del aire que en décadas anteriores.
Es la conclusión de un nuevo estudio multiinstitucional dirigido por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía (Berkeley Lab), en Estados Unidos.
La investigación, cuyos resultados se detallan en un artículo que se publica en la edición digital de este martes de 'Nature Communications', se basa en extensas observaciones terrestres y atmosféricas de CO2, mediciones satelitales de vegetación y modelización informática.
La actividad humana continúa emitiendo cantidades crecientes de carbono y la concentración atmosférica de CO2, ahora en 400 partes por millón (ppm), sigue aumentando. Pero los científicos encontraron que entre 2002 y 2014, la velocidad a la que se elevó el CO2 en la atmósfera se mantuvo estable en aproximadamente 1,9 ppm/año.
Además, la proporción de CO2 emitido anualmente por la actividad humana que permanece en la atmósfera se redujo en alrededor del 20 por ciento. Esta desaceleración no puede seguir el ritmo de las emisiones, por lo que la cantidad global de CO2 causado por los seres humanos en la atmósfera aumentó, pero no tan rápidamente. Algo que, como sugieren estas nuevas investigaciones, se puede agradecer a las plantas.
"Esto destaca la necesidad de identificar y proteger los ecosistemas donde el sumidero de carbono está creciendo rápidamente", propone el autor del documento, Trevor Keenan, científico investigador de la División de Ciencias del Clima y Ecosistemas del Laboratorio de Berkeley.
Los científicos atribuyen el estancamiento en el crecimiento de la tasa de CO2 a un aumento en la actividad fotosintética terrestre, impulsada por el incremento de los niveles de CO2 de las emisiones de combustibles fósiles. Es un efecto de bola de nieve: a medida que los niveles de CO2 aumentan en la atmósfera, la actividad fotosintética crece y las plantas absorben más carbono, provocando más crecimiento de la planta, más fotosíntesis y más absorción de carbono.
DECRECE LA RESPIRACIÓN DE LAS PLANTAS
También identificaron otro jugador. La respiración de las plantas, un proceso en el que las plantas usan oxígeno y producen CO2, no aumentó tan rápidamente como la fotosíntesis en los últimos años, gracias a que la respiración de las plantas es sensible a la temperatura, y se vio afectada por la reciente desaceleración del calentamiento global observada más significativamente sobre las tierras con vegetación.
Así, entre 2002 y 2014, las plantas tomaron más CO2 a través de la fotosíntesis, pero no "exhalaron" más CO2 a la atmósfera mediante la respiración. "Estos cambios disminuyeron la cantidad de CO2 antropogénico que permanece en la atmósfera y, por lo tanto, retrasaron la acumulación de CO2 atmosférico", resume Keenan.
Sus resultados proporcionan una posible respuesta a un misterio climático. La tasa de crecimiento del CO2 atmosférico aumentó constantementedurante la segunda mitad del siglo XX, de 0,75 ppm/año en 1959 a 1,86 ppm /año en 2002. Pero Keenan y sus colegas descubrieron un punto de inflexión el año pasado cuando analizaron los últimos datos de 'Global Carbon Project', que cuantifica las emisiones de carbono y sus fuentes anualmente. Desde 2002, la tasa de crecimiento se ha mantenido sin cambios.
Esta pausa es especialmente sorprendente porque ha ocurrido a medida que la actividad humana bombeaba más y más carbono a la atmósfera. Todo el CO2 debe ir a algún lugar, por lo que los científicos sospecharon algo sobre que el ciclo del carbono ha cambiado recientemente en gran medida. "Creíamos que uno de los principales sumideros de carbono del planeta se había fortalecido inesperadamente", relata Keenan.
Los científicos descartaron los océanos como una causa dominante porque la mayoría de los modelos informáticos coinciden en que la cantidad de carbono absorbida por los océanos ha aumentado constantemente en los últimos años. Esto les llevó a los ecosistemas terrestres, que experimentan una gran variabilidad anual en la absorción de carbono, y las dos mayores influencias en esta variabilidad son la fotosíntesis y la respiración de las plantas.
Para estudiar estas influencias, los científicos utilizaron diez "modelos de vegetación dinámica global" que predicen cómo el ciclo del carbono terrestre cambia con el tiempo, y un modelo que incorpora mediciones satelitales de la cobertura vegetal y la actividad de las plantas para predecir la fotosíntesis global y las tasas de respiración.
El resultado de su evaluación es un aumento en la captación de carbono terrestre, particularmente en ecosistemas tropicales y de alta latitud. Específicamente, los modelos sugieren que los niveles crecientes de CO2 hicieron que los ecosistemas terrestres duplicaran la tasa a la que toman el carbono, de uno a dos petagramos de carbono por año en la década de 1950 a de dos a cuatro petagramos de carbono por año en la década de 2000. Para comparar, la actividad humana emite entre nueve y diez petagramos de carbono por año (un petagramo es un trillón de kilogramos).
Los científicos concluyen que este aumento en la captación de carbono puso freno a la tasa de crecimiento del CO2 atmosférico entre 2002 y 2014. "Desafortunadamente, este aumento no está lo suficientemente cerca como para detener el cambio climático", adiverte Keenan, agregando que no se sabe exactamente dónde está aumentando más el sumidero de carbono, cuánto tiempo durará este incremento, o qué significa para el futuro del clima de la Tierra.