Los presidentes africanos copan la lista, con siete de los diez puestos
MADRID, 20 Feb. (EDIZIONES) -
Llegar al poder no es fácil, de ahí que muchos que lo consiguen se aferren al bastón de mando con uñas y dientes, aunque para ello tengan que cambiar la Constitución a su antojo, manipular las elecciones o simplemente no celebrar comicios para evitar poder perderlos.
Esta tendencia a anclarse en el poder con independencia de lo que pase alrededor, sobre todo a sus ciudadanos, está especialmente marcada en los países africanos, que tras independizarse de las colonias han visto cómo les gobiernan dictadores a los que han sucedido en otros casos presidentes igualmente autoritarios que se niegan a abandonar el cargo.
Así la lista la encabezan el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, quien llegó al poder en un golpe de Estado contra el presidente Francisco Macías (su tío) en agosto de 1979 y ha gobernado desde entonces la antigua colonia española. En 1987 convocó las primeras elecciones, en las que se impuso el partido único, el PDGE, y en 1996 introdujo las elecciones multipartidistas, reeditando victorias sucesivas. Sus 36 años en el poder no parecen haberle hecho mella, porque este mismo año optará a su reelección.
En segunda posición se sitúa el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, quien gobierna la antigua colonia portuguesa desde septiembre de 1979 tras la muerte del presidente Agostino Neto. El líder del Movimiento Popular para la Libertad de Angola (MPLA), el partido dominante en la política angoleña, sacó adelante en 2010 una nueva Constitución que estipula que la Presidencia recae en el partido con más escaños, facilitando así su continuación.
El tercero es el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, que a sus 91 años es el único mandatario al que han conocido los zimbabuenses desde su independencia de Reino Unido en 1980, inicialmente como primer ministro y desde 1987 como presidente. En 2008 estuvo cerca de perder el cargo frente al opositor Morgan Tsvangirai, quien se retiró en segunda vuelta y llegó a un acuerdo de reparto de poder que le convirtió en primer ministro. Mugabe ya ha dicho que espera presentarse a las elecciones de 2018.
En cuarta posición aparece Paul Biya, presidente de Camerún desde hace 33 años y que previamente fue primer ministro durante otros siete. Primero como candidato único y desde 1992 frente a otros, Biya ha sido reelegido en medio de denuncias de fraude, la última vez en 2011 tras suprimir en 2008 el límite de mandatos gracias a la mayoría de que goza en el Parlamento.
EL ÚNICO MANDATARIO DEL SURESTE ASIÁTICO
El primer mandatario que aparece en el 'top ten' que no es africano es el primer ministro de Camboya, Hun Sen. El antiguo jemer rojo, que participó en la caída de este régimen de terror tras refugiarse en Vietnam, ocupa el cargo desde enero de 1985, siendo entonces a sus 32 años el jefe de Gobierno más joven del mundo. Desde entonces, ha mantenido el control del país con firmeza, violando los Derechos Humanos y persiguiendo a la oposición, según denuncian organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW).
En sexta posición se sitúa Yoweri Museveni, quien lleva 30 años en el poder en Uganda y este mismo jueves se presentó a un nuevo mandato de cinco años que todo augura que reeditará. Aunque la Constitución de 1995 le impedía optar a un nuevo mandato en 2006, convocó un referéndum para suprimir dicho límite. Museveni ha perseguido a la oposición, deteniendo en varias ocasiones a los líderes opositores, incluido Kizza Besigye, el único que le ha plantado cara con cierto éxito en las últimas cuatro elecciones.
Le sigue el presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, quien llegó al poder en junio de 1989 en un golpe de Estado militar. Al Bashir ha reeditado su mandato en las sucesivas elecciones celebradas a partir de 1996, no exentas de denuncias de fraude, y desde marzo de 2009 ostenta el dudoso honor de ser el primer jefe de Estado imputado por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por los abusos cometidos en la región de Darfur. El presidente logró en 2015 un nuevo mandato de cinco años sin complicaciones gracias al boicot de la oposición.
ANTIGUAS REPÚBLICAS SOVIÉTICAS
Pero también los mandatarios de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central parecen tener una querencia especial por sus cargos y los que no llevan ya más de dos décadas al frente de su país están dando los pasos ya para poder perpetuarse el máximo tiempo posible, como ocurre con el presidentes de Tayikistán, Imomali Rajmon, en el cargo desde 1992 y que someterá a referéndum el 22 de mayo la posibilidad de optar a mandatos ilimitados.
El primer mandatario de Asia Central que aparece en el listado, en la novena posición, es Islam Karimov, quien a sus 78 años es el único presidente que ha tenido Uzbekistán. En el cargo desde 1990, proclamó la independencia en 1991 y se impuso en las primeras elecciones. En 1996 amplió su mandato hasta 2000 tras un controvertido referéndum, imponiéndose en las elecciones y en todas las siguientes, impidiendo la participación de la oposición y obviando la limitación a dos mandatos fijada por la Constitución. En 2015 fue reelegido con más del 90%.
La lista la cierra el presidente de Kazajistán, Nusultan Nazarbayev. Elegido primer secretario del Partido Comunista en 1989, Nazarbayev pasaría a convertirse en el primer presidente del país tras su independencia de la URSS en diciembre de 1991. En 2007, el Parlamento, controlado por sus partidarios, aprobó una enmienda constitucional que le autorizaba a presentarse a un número ilimitado de mandatos de cinco años, pero solo a él, estipulando que los futuros presidentes solo podrán estar dos mandatos. Nazarbayev fue reelegido en abril pasado con un abrumador 98% de los votos.
CARGO HEREDITARIO
Aunque heredar el poder es algo que está íntimamente ligado a las monarquías, también hay numerosos casos en los que la muerte de un presidente autoritario ha tenido como resultado que uno de sus hijos haya tomado las riendas de su país como fue el caso de Bashar al Assad en Siria, en 2000 a la muerte de su padre, y Joseph Kabila en República Democrática del Congo (RDC) en 2001 tras el asesinato del suyo.
En el caso del primero, está en entredicho por la represión de las protestas en su país que han desencadenado una guerra que se encamina ya a su quinto año, mientras que el segundo debería dejar el cargo a finales de este año, pero la oposición sospecha que podría tratar de quedarse en el poder y el propio Kabila no se ha pronunciado aún sobre sus planes.
También hay casos curiosos, entre los mandatarios más veteranos, como los de Vladimir Putin, quien lleva en el poder 16 años gracias a que durante uno de los mandatos pasó a ser primer ministro para volver posteriormente a la Presidencia; y Recep Tayyip Erdogan, quien en 2014 se convirtió en el primer presidente elegido directamente en Turquía tras abandonar el cargo de primer ministro. Su objetivo con este salto era establecer un sistema presidencial con fuertes poderes para el jefe de Estado, pero aún no lo ha logrado si bien todos coinciden en que es él quien manda en el país.
Una de las vías favoritas de muchos de los presidentes ha sido la de recurrir al Parlamento o a un referéndum para quitar de en medio los obstáculos constitucionales.
El último en acogerse a esta modalidad es el presidente boliviano, Evo Morales, que ocupa el cargo desde 2006 y que actualmente está en su tercer mandato --el segundo y último según la Constitución de 2009--. Este domingo los bolivianos deben decidir en referéndum el que los presidentes puedan ocupar hasta cuatro mandatos consecutivos.