BRUSELAS, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
Unos 108 millones de personas sufren inseguridad alimentaria grave en todo el mundo, casi 30 millones más que hace un año, según un informe mundial en el que han colaborado distintas instituciones y que alerta de que la situación aún podría empeorar en los próximos meses por la persistencia de los conflictos y la falta de medidas adecuadas.
El Informe Mundial Sobre Crisis Alimentarias, resultado en esta ocasión de una colaboración inédita entre la UE, la Agencia de Ayuda de Estados Unidos (USAID), instituciones regionales y organismos de la ONU, pone cifra a las personas que padecen "una falta generalizada de alimentos mínimamente adecuados, incluso con ayuda externa".
El dato de los 108 millones de afectados en 2016 incluye a los hogares que sólo pueden hacer frente a sus necesidades alimentarias mínimas agotando sus semillas, ganado y activos agrícolas necesarios para producir alimentos en el futuro. Sin una acción firme y sostenida, estas personas podrían llegar a morir de inanición, han avisado las organizaciones.
Los investigadores han atribuido el drástico aumento interanual a los problemas que aquejan a la población por los conflictos, el aumento de los precios de los alimentos en los mercados locales y situaciones meteorológicas extremas como pueden ser la sequía o 'El Niño', según un comunicado.
Las necesidades de cara a este año se antojan aún más graves, en la medida en que hay cuatro países con riesgo de padecer hambruna: Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria. Además, hay otros países que también requieren asistencia a gran escala por la inseguridad alimentaria generalizada como Irak, Siria, Malaui y Zimbabue.
MENSAJE DE ALERTA
El comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo, Neven Mimica, ha reclamado "acciones rápidas y específicas para responder eficazmente a las crisis alimentarias y abordar las causas profundas" del hambre, mientras que el responsable de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, ha apelado a "la necesidad urgente de un análisis transparente, independiente y a la vez consensuado de las crisis".
El director general de la FAO, José Graziano da Silva, ha subrayado que "el coste en términos humanos y de recursos no hace más que aumentar", especialmente si se deja que "las situaciones se deterioren". "Si no ampliamos nuestros esfuerzos para salvaguardar, proteger e invertir en los medios de subsistencia rurales, decenas de millones de personas seguirán padeciendo inseguridad alimentaria severa", ha lamentado.
Por su parte, la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin, ha señalado que las cifras recogidas por el informe "reflejan un panorama sumamente preocupante" y ha reconocido que el mundo encara "una carrera contra el tiempo" en el que están en juego millones de vidas".
El hambre, ha recalcado Cousin, "agrava las crisis, creando una inestabilidad e inseguridad cada vez mayores". En este sentido, ha afirmado que "lo que es hoy un problema de seguridad alimentaria se convierte mañana en un problema de seguridad".