Aumenta la presión internacional para que Suu Kyi detenga la represión de las fuerzas de seguridad en la zona
COX'S BAZAR (BANGLADESH)/DACA, 5 (Reuters/EP)
Cerca de 125.000 rohingyas han huido de Birmania a Bangladesh como consecuencia de la violencia registrada desde agosto en el estado de Rajine, una situación que ha hecho aumentar la presión internacional para que la líder 'de facto' del país, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi detenga la represión de las fuerzas de seguridad contra esta comunidad musulmana.
La ministra de Asuntos Exteriores indonesia, Retno Marsudi, se reunió el lunes en Birmania con Suu Kyi y con el jefe del Ejército birmano, Min Aung, para pedirles que detengan la represión contra los rohingyas. La jefa de la diplomacia indonesia tiene previsto visitar este martes la capital de Bangladesh, Daca.
"Las autoridades en materia de seguridad tienen que parar de inmediato todas las formas de violencia y dar ayuda humanitaria y de desarrollo a corto y largo plazo", aseguró Retno, tras los encuentros mantenidos el lunes en la capital birmana, Naipyidó.
La última ola de violencia en el estado de Rajine, en el noroeste de Birmania, comenzó el 25 de agosto, cuando milicianos insurgentes rohingyas atacaron decenas de puestos de control policial y una base del Ejército. Los posteriores enfrentamientos y la contraofensiva del Ejército acabaron con la vida de al menos 400 personas y provocoron un éxodo de miles de personas hacia Bangladesh.
El trato que reciben los rohingyas en Birmania, un país con mayoría de población budista en el que esta comunidad musulmana cuenta con cerca de 1,1 millones de personas, es el mayor desafío que afronta Suy Kyi, que ha sido duramente criticada por Occidente por no defender a los rohingyas.
Birmania dice que las fuerzas de seguridad están combatiendo en el marco de una campaña legítima contra elementos "terroristas" que han lanzado una serie de ataques contra puestos policiales y contra el Ejército desde octubre.
Las autoridades de Birmania culpan a los milicianos rohingyas de quemar viviendas y de provocar muertes de civiles pero los activistas de Derechos Humanos y los rohingyas que han huido al vecino Bangladesh dice que el Ejército birmano está intentando expulsar a toda esta comunidad musulmana con una campaña de violencia y muerte.
"Indonesia está liderando esto y, en última instancia, hay una posibilidad de que los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) se sumen", ha asegurado a Reuters H.T. Imam, asesor político de la primera ministra de Bangladesh, Sheij Hasina. "Si podemos mantener la presión sobre Birmania desde la ASEAN, desde India también, será bueno", ha añadido. Tanto Birmania como Indonesia forman parte de la ASEAN.
El primer ministro indio, Narendra Modi, iniciará este martes una visita a Birmania, en la que tiene previsto reunirse con las principales autoridades del país, incluida Suu Kyi. "El primer ministro Modi va a allí y nuestro ministro de Exteriores ya ha informado a la ministra de Exteriores de India sobre esto. Si la conciencia internacional se despierta entonces eso pondría más presión sobre Birmania", ha dicho H.T. Imam.
La última estimación de rohingyas que han cruzado la frontera de Birmania para quedarse en Bangladesh desde la última ola de violencia iniciada a finales de agosto es de un total de 123.600 personas, según los cálculos realizados por personal de la ONU destinado en el lado bangladeshí de la frontera.
Esa cifra eleva a cerca de 210.000 los rohingyas que se han refugiado en Bangladesh desde octubre, cuando milicianos rohingyas realizaron varios ataques contra puestos de control, provocando una contraofensiva del Ejércicto que llevó a 87.000 personas a trasladarse al país vecino.
La llegada de los nuevos desplazados, muchos de ellos enfermos o heridos con impactos de bala o quemaduras, está saturando las capacidades de las organizaciones humanitarias que ya estaban ayudando a miles de refugiados procedentes de anteriores olas de violencia.