MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
Save the Children ha alertado de la "grave crisis de desnutrición" que se cierne sobre el distrito bangladeshí de Cox's Bazar, al que han llegado desde finales de agosto más de medio millón de refugiados rohingya procedentes de Birmania, y ha señalado que casi 150.000 niños están "al borde de la desnutrición".
La ONG calcula que más de 280.000 personas necesitan con urgencia asistencia alimentaria, entre ellas 145.000 niños menores de cinco años y más de 50.000 embarazadas y madres lactantes. "Al menos 14.000 niños menores de cinco años podrían estar ya en una situación de desnutrición severa", ha subrayado en un comunicado.
El director de la emergencia sanitaria de Save the Children, Unni Krishnan, ha afirmado que los niños que llegan a Bangladesh "desesperadamente hambrientos y desnutridos" ha alcanzado niveles "alarmantes". Ya en los campos, estos menores "no tienen ningún tipo de higiene, viven rodeados de suciedad, con agua contaminada y dependiendo de las raciones de comida que reciben para sobrevivir".
Esta situación, según Krishnan, "pone a los niños en grave riesgo de contraer enfermedades como el cólera", potencialmente mortal en personas tan débiles. "En más de 20 años de trabajo humanitario jamás he visto una situación así, con gente en una situación tan extrema, especialmente los niños", ha añadido.
El responsable de Save the Children ha contado que en el campamento hay un gran número de menores con "claros signos de desnutrición", lo que se suma "al terror y la violencia que han vivido en su país".
"Otro de los problemas es que las madres están dejando de dar el pecho a sus hijos por el estrés de la situación y la falta de privacidad en los campos", a pesar de que la lactancia materna es "una de las mejores fuentes de nutrición". En estos casos "puede ser lo que salve la vida de un bebé".
Save the Children ha aumentado su distribución de ayuda, que incluye materiales de higiene, comida, utensilios de cocina, lonas y mantas, y espera llegar a unas 30.000 familias.
Los refugiados cuentan que sus pueblos fueron quedamos por completo y confirman casos de asesinato y violación. Fatima, que dejó el estado birmano de Rajine junto a sus tres hijos después de encontrar a su marido muerto, ha asegurado que llegó a pasar tres días sin comer.
"Mi hijo pequeño estuvo a punto de morir por falta de comida", ha dicho Fatima, que ahora recibe las raciones de comida de Save the Children. Así, ha podido pasar de cocinar "solo lentejas" a introducir "más cosas". "Estoy feliz", ha destacado.