MADRID 24 Ago. (Por Inos Mugabe, director de Operaciones de World Vision en Sudán) -
Un año después de que comenzara el conflicto en Sudán, la situación del país no ha mejorado. El conflicto continúa y no sólo se cobra vidas y las arruina, sino que también desbarata las posibilidades de aprendizaje de los niños y niñas. Hace años, Sudán había acordado trabajar para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluido el Objetivo 4, "garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos". Sin embargo, las escuelas de Sudán permanecen cerradas desde abril de 2023.
La reapertura de las escuelas no es una tarea sencilla. La mayoría de las escuelas se utilizan para albergar a casi 6 millones de desplazados internos y personas vulnerables. La infraestructura escolar también ha sufrido graves daños y requiere una rehabilitación urgente para poder ser utilizada como centro educativo. Otras instalaciones críticas, como el suministro de agua potable y un saneamiento adecuado, también necesitan una renovación inmediata.
Además, los profesores necesitarían incentivos económicos para motivarles a trabajar, algo que el Gobierno actualmente no puede permitirse ni organizar. La triste realidad es que, incluso si las escuelas se reabrieran hoy, sería imposible en su estado actual proporcionar espacios de aprendizaje significativos y seguros para los escolares, debido a la continua violencia que las rodea.
ESTAR SIN ESCUELA ES PEOR QUE ESTAR SIN EDUCACIÓN
Hay 19 millones de niños y niñas sin escolarizar en Sudán y UNICEF ha advertido de que está a punto de convertirse en la peor crisis educativa del mundo. Esto se debe a que para muchos niños y niñas la escuela también significa comida, protección contra la violencia y un lugar donde ser felices y jugar.
Antes de la crisis de 2023, World Vision en Sudán, en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), apoyó a más de 120 escuelas en los estados de Darfur Meridional, Darfur Oriental y Nilo Azul, proporcionando a más de 200.000 niños y niñas en edad escolar comida caliente en la escuela. Para algunos de ellos, ésta era su única comida del día. La crisis de hambre y desnutrición en Sudán se está agravando: más de 20 millones de personas sufren desnutrición aguda, y más del 48% son niños. La reanudación de las comidas escolares es fundamental para prevenir la hambruna.
Durante el conflicto actual siguen apareciendo denuncias de matrimonios precoces, abusos y violencia sexual y de género contra la infancia en edad escolar. Esto suele ocurrir cuando los niños y niñas, especialmente los desplazados, no tienen ningún lugar seguro al que ir durante el día. En los casos en los que los niños y niñas pueden asistir a la escuela, sigue siendo necesario proporcionarles apoyo psicosocial, ya que viven con los terribles recuerdos de lo que han visto y experimentado a causa del conflicto.
El mundo debe actuar ahora antes de que la infancia de Sudán sufra un retroceso aún mayor. Desde World Vision instamos a poner en práctica estas medidas, para poder restablecer la educación de millones de niños y niñas lo antes posible:
- Abogar por el cese de las hostilidades para permitir el acceso a la educación.
- Obtener más recursos para atender las necesidades de los niños y niñas y permitirles volver a la escuela.
- Aumentar los servicios de protección (salud mental) dirigidos a la infancia y sus familias.
- Garantizar que los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo actúen para salvar a una generación que vive la crisis de Sudán.
- Y que las partes en conflicto acuerdan reabrir las escuelas en lugares seguros.
Poner fin al conflicto no es fácil, pero si situamos a los niños y niñas de Sudán en el centro, todo el mundo verá que conseguir que vuelvan a la escuela es vital para ellos ahora y en el futuro.