Explosión en Estambul
REUTERS
Actualizado: jueves, 30 junio 2016 8:00


MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

Desde el mes de julio de 2015, hace un año, al menos 190 personas han perdido la vida en atentados reivindicados o atribuidos al autodenominado Estado Islámico en Turquía, el último de los cuales tuvo lugar este martes en el aeropuerto Ataturk de Estambul.

De los 190, 57 han fallecido en lo que va de 2016, cuando han tenido lugar al menos tres grandes ataques.

Del de este martes, cuya autoría aún no ha sido reivindicada, las investigaciones apuntan a que el grupo Estado Islámico podría estar detrás. Al menos tres atacantes suicidas estuvieron detrás de las explosiones que acabaron con la vida de 42 personas y dejaron, al menos, 238 heridos.

El pasado mes de marzo, otro atentado suicida en Estambul, en un centro cultural, dejó decenas de heridos y cuatro muertos: tres de nacionalidad israelí y una, iraní. Las investigaciones también apuntaban entonces a Estado Islámico.

El primer atentado de 2016 tuvo lugar en el distrito de Sultanahmet, también en Estambul. El corazón turístico de la ciudad fue escenario de un ataque que dejó a 11 turistas alemanes muertos, además de otros 16 heridos. Un suicida de nacionalidad siria estuvo detrás de este ataque, quien, según el entonces primer ministro, Ahmet Davutoglu, pertenecía a Estado Islámico.

2015, EL PEOR AÑO PARA TURQUÍA

Sin embargo, el peor año para Turquía fue 2015, cuando tuvo lugar el mayor ataque terrorista de la historia del país. El 10 de octubre, al menos 101 personas murieron en un atentado doble durante una manifestación pacífica en la capital, Ankara. Este superó a los ataques perpetrados por la organización terrorista Al Qaeda en Estambul en el año 2003, que provocaron 60 muertos.

El pasado 20 de julio, además, al menos 34 activistas murieron en otro atentado, perpetrado contra un centro cultural de la localidad de Suruç, en la provincia de Sanliurfa, junto a la frontera con Siria.

A raíz de esta explosión, se sucedieron las críticas contra el Gobierno por su supuesta permisividad con los yihadistas. Las víctimas eran voluntarios que querían desplazarse hasta la ciudad siria de Kobani, asediada en los últimos meses por Estado Islámico.

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