El primer ministro húngaro, Viktor Orbán y el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú. - -/Kremlin/dpa
BRUSELAS, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los Veintisiete pedirán este miércoles explicaciones al Gobierno húngaro por la ambigüedad con la que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha enmarcado sus viajes en "misión de paz" a Kiev, Moscú y Pekín durante la primera semana de presidencia de turno del Consejo de la UE, a pesar de que desde la Unión Europea se ha querido dejar claro que en ningún caso está mandatado para hablar en nombre del bloque en el contexto de la guerra en Ucrania.
El asunto se abordará en una reunión a nivel de embajadores en Bruselas y es el resultado de la "preocupación creciente" en varias capitales por el modo en que Orbán se ha "atribuido a sí mismo" un papel de interlocutor de la UE que no le corresponde, apuntan fuentes diplomáticas, que subrayan que el líder húngaro sólo representa a su propio país.
Desde que el pasado 1 de julio Hungría asumiera la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, Orbán ha protagonizado una serie de viajes sorpresa que ha evitado consultar o coordinar con las instituciones europeas, según confirmaron la semana pasada desde Bruselas tanto en el equipo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como desde el de la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.
El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, también emitió varios comunicados para dejar claro que Orbán no tenía mandato del bloque para hablar en su nombre en materia de política exterior, al tiempo que subrayo que la posición de los 27 respecto de la guerra en Ucrania es clara y ha sido adoptada por todos los Estados miembro en distintas declaraciones que expresan el apoyo a Kiev y señalan al régimen de Vladimir Putin como el agresor.
Estas declaraciones han llegado a ser respondidas en tono burlón desde Budapest, con el director político del primer ministro, Balázs Orbán, respondiendo a un mensaje de Borrell cuestionando si "tienen permiso para cenar". "¿Es necesario también mandato del Consejo Europeo para ello?", se preguntó.
En este contexto, los Estados miembro esperan obtener "más claridad" sobre la situación en el debate con el embajador húngaro en Bruselas, indican fuentes europeas, que admiten que hay "tensión" en algunas delegaciones. Con todo, no se espera que el asunto vaya más allá de un primer intercambio de vista en esta ocasión.
Con todo, la preocupación con que se observan sus socios en la UE los últimos movimientos de Orbán se ve mitigada desde la OTAN, en donde fuentes de la alianza piden no "sobredimensionar" su papel porque su impacto político real es "prácticamente nulo" y, aunque reconocen que genera una situación "incómoda" e "indeseable", consideran que no se trata de un país "determinante" ni de una figura política que vaya a marcar la línea de los aliados, sino más bien lo contrario.
SU INTERVENCIÓN EN LA EUROCÁMARA SERÁ DESPUÉS DEL VERANO
Entretanto, queda también en el aire la fecha para que Orbán comparezca ante el pleno del Parlamento Europeo como presidencia rotatoria del Consejo de la UE, una cita que tradicionalmente se produce en la primera sesión de la Eurocámara de cada semestre pero para el que no existe un calendario formal escrito y que puede variar, como ya ocurrió en el caso de la presidencia de turno de España.
En este caso, aunque no se había publicado aún la agenda oficial para la sesión constitutiva con la que la Eurocámara arrancará el próximo 16 de julio su X legislatura en Estrasburgo (Francia), sí se contaba con que Orbán intervendría en la segunda jornada, el miércoles 17, para exponer las prioridades de la presidencia húngara.
Sin embargo, la mayoría de grupos ven ahora más adecuado que el debate se celebre ya en septiembre para separar el carácter más institucional de esta primera sesión constitutiva de la actualidad política, explican fuentes parlamentarias a Europa Press.
A falta de que la Conferencia de Presidentes (CoP) –que reúne a los jefes de grupo—cierre el próximo jueves la agenda del pleno, las fuentes indican que el consenso antes de conocerse los últimos viajes de Orbán era ya esperar al otoño para recibir al primer ministro húngaro.