MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Unos 300 miembros de Hamás encarcelados en la prisión de Nafha, en pleno desierto del Néguev, han anunciado una huelga de hambre colectiva en protesta por la decisión de Israel de transferirlos desde esta cárcel de máxima seguridad a otros centros penitenciarios del país.
Durante los últimos dos días, el servicio de Prisiones de Israel ha desmantelado la unidad de Nafha que alberga a los presos de Hamás, entre ellos a detenidos de alto rango del grupo, así como otras unidades de prisioneros de Hamás de la prisión de Eshel, cerca de Beersheba. Algunos han sido enviados a aislamiento, pero la mayoría han sido dispersados entre instalaciones de todo el país, tal y como recoge 'Times of Israel'.
Uno de los detenidos de más alto rango trasladado de Nafha a la prisión de Hadarim, en el norte de Tel Aviv, es Muhammed Arman, considerado el líder de la población de prisioneros de Hamás en Israel y una influyente figura de la organización.
Arman está cumpliendo una condena de 54 años de prisión por varios ataques terroristas de los que fue responsable durante la segunda intifada, a comienzos de los años 2000, cuando ejercía de comandante del ala militar de Hamás en la ciudad cisjordana de Ramala.
Una fuente palestina consultada por 'Times of Israel' sostiene que esta prisión a la que ha sido trasladado, Hadarim, es considerada "problemática" por los presos de la organización, porque en ella existen pocas oportunidades de "comunicarse con el liderazgo del grupo en el exterior", debido a su regulación de teléfonos móviles.
Esta misma fuente ha indicado que la insubordinación de los presos de Hamás ha comenzado después de la decisión de dispersar a las unidades de Nafha y Eshel, además de en respuesta a una serie de prácticas que los presos consideraron humillantes.
"Comenzaron (desde el servicio de prisiones) a llevar a cabo búsquedas corporales y los presos se negaron a aceptarlo, así que comenzó su protesta", ha explicado. En los últimos días, los presos de Hamás han amenazado con iniciar una huelga de hambre, así como otro tipo de acciones.
Finalmente, la página oficial de Hamás anunció, desde el miércoles por la noche, que unos 100 presos iban a comenzar a rechazar alimentos desde el jueves.
PROBLEMAS DESDE 2015
Una fuente del servicio penitenciario israelí ha indicado que la tensión comenzó hacia finales de 2015, cuando se hallaron una gran cantidad de teléfonos móviles en la prisión de Nafha. Como resultado, la prisión introdujo una serie de medidas más estrictas para poner fin a este contrabando de teléfonos.
Una de las consecuencias, sostiene, fue la separación total de los miembros de las dos alas de Hamás, con el objetivo de impedir cualquier tipo de contacto, incluso mensajes escritos, entre ellas.
Tras esto, los presos llevaron a cabo un motín organizado para dificultar el trabajo de los guardias de la prisión, negándose a regresar a sus celdas después del período de descanso e impidiendo que los guardias entraran en algunas zonas de la prisión.
La decisión de dispersar estas unidades se ha tomado, además, después de descubrir que el tráfico de teléfonos móviles no se había detenido y que los miembros de Hamás continuaban metiendo teléfonos en la prisión.
El número de presos pertenecientes a la organización ha crecido considerablemente en medio de los esfuerzos antiterroristas llevados a cabo por las autoridades israelíes. Antes de la operación 'Borde Protector' de Gaza de 2014, había unos 1.100, cifra que hoy supera los 1.700.