LIUBLIANA/BERKASOVO (SERBIA), 21 (Reuters/EP)
Unos 3.500 inmigrantes y refugiados han pasado la noche acampados en medio de bajas temperaturas en el paso fronterizo de Berkasovo-Bapska entre Serbia y Croacia después de que el Gobierno croata cerrara las puertas para limitar el número de personas que entran en el país.
Con las primeras luces del jueves, grupos de refugiados han cruzado el paso fronterizo oficial y han seguido su camino hacia el interior de Croacia.
"Bebés llorando, mujeres llorando, hemos quemado grandes hogueras, pero hacía mucho frío, nadie nos dio comida, solo algo de pan", ha ralatado Sayef, originario de Damasco, tras cruzar la frontera.
El paso se ha convertido en uno de los nuevos focos de atención en la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Hungría cerró su frontera con Croacia el sábado pasado, por lo que el Gobierno croata comenzó a redirigir a los inmigrantes al oeste hacia Eslovenia, que ha intentado controlar el flujo.
Más de 20.000 inmigrantes y refugiados han llegado a Eslovenia desde el sábado por la mañana con el fin de seguir su camino hacia Austria. El Parlamento esloveno aprobó el miércoles una ley que da poderes al Parlamento para ayudar a la Policía a custodiar las fronteras.
Las agencias humanitarias han expresado su preocupación por la acumulación de inmigrantes y refugiados que se está produciendo en algunos puntos de los Balcanes, ya que las temperaturas han caído y en los últimos días además de han producido lluvias.
Según las autoridades croatas, unas 4.200 personas están alojadas en el campo de refugiados de Opatovac, desde donde serán trasladadas en autobús directamente a la frontera con Eslovenia o a la cercana estación de tren en Tovarnik, desde donde podrán ir igualmente a Eslovenia. La capacidad de este campamento es de 4.000 personas.
Los refugiados que han pasado la noche en el paso fronterizo Berkasovo-Bapska en tiendas de campaña o bajo lonas suministradas por organizaciones humanitarias han tenido que prender hogueras para calentarse.
"La palabra clave es frío. Hace mucho frío, ha sido nuestra noche más ajetreada esta semana", ha reconocido Astrid Coyne-Jensen, del equipo médico de la organización danesa People's Aid.
Mustafa, un hombre de unos 30 años arropado con una manta, ha contado que el grupo de tres familias con el que viaja ha pasado la noche bajo una lona deshilachada. "Soy de Hama, en Siria, tengo familia en Turquía. Les diré que no vengan ya que esto no es para las personas, es para animales", ha lamentado.
Entretanto, unos 6.000 inmigrantes han llegado a la Grecia continental este miércoles en tres ferrys desde las islas de Lesbos y Chios. Tras desembarcar en el puerto del Pireo, han sido trasladados el autobús a la estación central de tren.