DAR ES SALAM, 3 Oct. (Reuters/EP) -
Unos 600 refugiados de Burundi han regresado a su país desde la vecina Tanzania en el inicio de un plan de retorno masivo auspiciado por la ONU y con el que se quiere facilitar la vuelta de los cientos de miles de burundeses que huyeron de la escalada de violencia de 2015, iniciada tras el anuncio del presidente, Pierre Nkurunziza, de presentarse a un tercer mandato.
Una comisión de la ONU alertó en septiembre del riesgo de que se produzcan nuevas atrocidades de cara a las elecciones de 2020, habida cuenta de la crisis política y social que aún subyace en Burundi. Sin embargo, las autoridades burundesas y tanzanas pactaron repatriar a 200.000 refugiados.
"Todos los refugiados que se habían registrado voluntariamente de todos los campos se han reunido en el de Nduta y han partido desde ahí", ha explicado el responsable de las cuestiones de los refugiados en Kigoma, Athuman Igwe. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha confirmado el retorno de 590 burundeses en viajes organizados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Naciones Unidas no ha promovido las repatriaciones, pero sí se ha ofrecido a ayudar a quienes decidan acogerse a este programa. "Instamos a los gobiernos a respetar sus compromisos (...) y garantizar que los refugiados que vuelvan lo hagan de forma voluntaria y que ningún refugiado o solicitante de asilo sea devuelto a Burundi contra su voluntad", ha añadido ACNUR.
Algunos refugiados han expresado su temor a que estos retornos puedan terminar convirtiéndose en obligatorios, especialmente después de que el ministro del Interior de Tanzania, Kangi Lugola, instase en agosto a devolver a su país a "todos los burundeses". "Burundi es pacífico", proclamó en un vídeo difundido en Twitter.