MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 70 por ciento de los habitantes de Mosul ha expresado su preferencia por que la Gran Mezquita de al Nuri se reconstruya con el mismo aspecto que tenía en 2017, cuando fue destruida por el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), y que aunque el trabajo de reconstrucción implique algunas mejoras, debería conservar la esencia y los volúmenes principales del complejo, incluida la inclinación de su minarete principal.
Así se desprende de una encuesta realizada por la Universidad de Mosul y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que agrega que, por el contrario, el 28 por ciento de los entrevistados declara que les gustaría que Al Nuri se reconstruya "exactamente igual" que en 2017.
De forma paralela, la encuesta, realizada entre noviembre y diciembre con 700 participantes, añade que al 94 por ciento de los encuestados les gustaría que el minarete Al Hadba de la mezquita, famoso por estar inclinado, se reconstruya con la misma decoración e inclinación que tenía en 2017.
El trabajo, que incluye un apartado de preguntas para que los entrevistados proporcionen clarificaciones u opiniones, se ha llevado a cabo bajo un proyecto auspiciado por el Gobierno de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y se enmarca en la iniciativa 'Revivir el espíritu de Mosul' de la UNESCO, puesta en marcha en febrero de 2018.
En enero, la UNESCO logró la "estabilización" de este símbolo histórico y arquitectónico de esta ciudad, ubicada en el norte de Irak. Desde su púlpito, el anterior líder de Estado Islámico, Abú Bakr al Baghdadi, proclamó el califato en 2014.
La UNESCO comenzó a trabajar en octubre de 2019 en la retirada de minas terrestres en las ruinas de Al Nuri y en la estabilización de las frágiles estructuras que quedaban en pie del templo y de su minarete inclinado de 45 metros de altura, construidos hace más de 840 años.
A mediados de noviembre, el entorno de la mezquita y el minarete estaban ya completamente liberados de escombros y comenzaron las labores para estabilizar la base de la cúpula del templo y sus pilares.
El proyecto de reconstrucción permitió completar en diciembre el trabajo de refuerzo de la arcada de la mezquita, lo que ha supuesto que la restauración tiene ya casi terminada su primera fase. Todo este trabajo ha sido posible gracias al apoyo de Emiratos Árabes Unidos y la coordinación de las labores con el Gobierno de Irak, expertos internacionales y socios locales.