El 83 por ciento de los brasileños asegura sentir preocupación por la situación actual del Amazonas

Un miembro de la comunidad kayapo, un pueblo indígena que habita en las tierras planas de Mato Grosso y Pará, en Brasil, durante una recientes protestas contra el olvido al que se ven abocados por las políticas del Gobierno de Jair Bolsonaro.
Un miembro de la comunidad kayapo, un pueblo indígena que habita en las tierras planas de Mato Grosso y Pará, en Brasil, durante una recientes protestas contra el olvido al que se ven abocados por las políticas del Gobierno de Jair Bolsonaro. - FERNANDO SOUZA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Publicado: viernes, 28 agosto 2020 7:15


MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -

La última encuesta llevada a cabo por la Federación Brasileña de Bancos (FEBRABAN) ha mostrado como hasta un 83 por ciento de los brasileños consultados ha asegurado estar preocupado por la actual situación del Amazonas, donde los incendios y las deforestaciones han ido en aumento en las últimas semanas.

El informe, elaborado a través de 1.200 entrevistas, ha sido publicado este jueves y en él también se recoge que el 24 por ciento de los encuestados siente "tristeza" al observar lo que sucede con la región amazónica brasileña, seguido de "indignación", con un 17 por ciento.

Los datos del estudio, difundidos por Agencia Brasil, también han mostrado como un 44 por ciento de las personas entrevistas considera que la deforestación y los incendios son el mayor peligro al que se enfrenta el conocido como pulmón del mundo.

El 77 por ciento opina que la tala indiscriminada ha aumentado en los últimos años, lo que significa que para un 34 por ciento es una pérdida importante de la biodiversidad de la región, mientras que para oro 25 por ciento, la deforestación impulsa el cambio climático y el calentamiento global.

En ese sentido, el 83 por ciento ha asegurado sentirse "nada satisfecho" con los esfuerzos del Gobierno de Brasil y del resto de autoridades para preservar la selva amazónica, y en ese mismo porcentaje consideran que las penas deberían ser más duras para aquellos que cometen delitos de deforestación ilegal.

Del mimo modo, algo más de la mitad de los entrevistados considera que en los últimos cinco años la situación ha ido a peor.

La labor de los líderes indígenas con respecto a su defensa de la región y al trabajo de preservación que llevan a cabo en sus comunidades ha obtenido en la encuesta un 73 por ciento de aprobación; mientras que un 67 por ciento se mostró en desacuerdo con eliminar más reservas de estos pueblos originarios, y un 86 por ciento, en contra de quitarles sus tierras para entregarlas a las empresas mineras.

En relación a la soberanía de Brasil con respecto a esta situación, las opiniones son muy parejas, pues si bien hay un 54 por ciento que considera que la comunidad internacional tiene derecho a presionar, hay un 41 por ciento que cree que ningún ente o país extranjeros deben inmiscuirse en las políticas forestales brasileñas.

La deforestación del Amazonas brasileño ha experimentado un notable repunte en el último año. Desde entonces un 33,5 por ciento del territorio, más de 9.200 kilómetros cuadrados, se ha visto afectado por estas prácticas, en muchos casos ilegales, según los datos del propio de Ministerio de Ciencia, a través del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).

En junio de 2020 se constataron 2.248 incendios activos, mientras que en 2019 fueron 1.880. El promedio histórico para el mes de junio es de 2.724 focos activos, según reveló en un informe anterior el INPE.

La ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) ha situado a los pueblos indígenas entre los más vulnerables ante la pandemia por su falta de acceso a los servicios públicos y el choque cultural.

DENUNCIAS DE LAS ONG

Hace poco más de una semana la ONG Greenpeace denunció que en la primera quincena del mes de agosto se registraron más de 15.000 fuegos en el Amazonas, apenas un 8 por ciento menos a pesar de la "moratoria" para quemar establecida hace un mes por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

La explotación de la naturaleza y las personas es una de las principales causas de las actuales crisis de salud, clima y biodiversidad, señaló la ONG

Greenpeace ha estado exigiendo a los gobiernos y a las empresas que pongan fin a los negocios con los destructores de bosques, reduzcan drásticamente la carne y los lácteos y alineen el comercio para respaldar economías resilientes que ponen por delante la naturaleza y las personas.

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