MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Al menos el 88 por ciento de los hogares del sur de Siria viven en la extrema pobreza, un porcentaje que contrasta con el 5 por ciento que se registraba en esta misma región antes del inicio de la guerra, según un estudio de varias ONG respaldadas por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"El nivel de vida se ha visto gravemente perjudicado y la situación no se resolverá solo con ayuda alimentaria", ha explicado Wolfgang Jamann, secretario general de la ONG CARE International, participante en el estudio.
En el sur del país, la economía tenía como principales motores la agricultura y negocios pequeños vinculados al sector primario y las industrias estaban subsidiadas por el Estado. Ahora ya no hay ayudas del Gobierno y se ha reducido drásticamente el acceso al combustible, el agua y los servicios veterinarios, por lo que el sector agrario corre serio peligro de hundimiento.
El 70 por ciento del empleo estaba vinculado a la agricultura, pero ahora solo el 10 por ciento de los hogares consideran que su principal fuente de ingresos procede del sector.
90 DÓLARES AL MES POR HOGAR
Las cifras también se han resentido y ahora los hogares con un hombre al frente perciben de media 123 dólares al mes (110 euros), mientras que los hogares con una mujer al frente perciben de media solo 90 dólares (80,50 euros), a veces complementados con los envíos desde el extranjero.
El estudio revela además que las familias han agotado ya sus ahorros e incluso han comenzado a pedir préstamos para comprar alimentos.
Ante la falta de acceso al combustible de origen fósil, se han talado al menos la mitad de los árboles productivos para calentar los hogares. El coste del agua se ha multiplicado por diez y el del fertilizante, por 20.
El 87 por ciento de los hogares están recibiendo ayuda alimentaria. "Hay ayuda alimentaria a corto plazo, pero es sencillamente insostenible a largo plazo. Tenemos que impulsar una mayor autosuficiencia y estabilidad, posible en zonas donde el conflicto está menos activo", ha argumentado Jamann.
"Las familias dependen de los mercados locales y el sector privado. Si apoyamos más las iniciativas locales podremos estimular la economía local, algo muy necesario. La gente necesita seguridad alimentaria, no solo ayuda alimentaria", ha apostillado.
El estudio es el resultado de 1.212 intrevistas y debates de grupo realizados entre agosto y octubre de 2015 en Deraa y Quneitra, ambas situadas al sur de la provincia de Damasco, por CARE, NRC y la FAO (a través de RFSAN e iMMAP).