BUDAPEST, 13 Mar. (Reuters/EP) -
Unos 94 inmigrantes han comenzado una huelga de hambre este lunes en un centro de detención de inmigrantes en la localidad húngara de Békéscsaba, cerca de la frontera con Rumanía, con el objetivo de presionar a las autoridades para que les dejen irse del recinto, según ha comunicado la Oficina de Inmigración y Ciudadanía de Hungría.
Las autoridades húngaras han informado de que 94 de los 102 inmigrantes y solicitantes de asilo que se encuentran en el centro de detención están participando en la huelga de hambre.
"La mayor parte de los participantes en la protesta se encuentran bajo la Convención de Dublín, ya que dejaron de forma ilegal el país de primera llegada dentro de la Unión Europea", ha explicado la Oficina de Inmigración húngara. "Los huelguistas han dejado sus demandas por escrito. Principalmente se quejan por haber sido detenidos y piden que se les permita marcharse del centro", ha añadido.
"También han manifestado su descontento al haber tenido sus huellas dactilares registradas en Hungría, ya que no tienen ninguna intención de quedarse en el país", han concluido las autoridades migratorias.
Zanyar Faraj, creador de una petición online de apoyo a los inmigrantes que participan en la huelga de hambre y supuesto portavoz de los mismos, ha exigido mejores condiciones para los residentes del campo de inmigantes de Békéscsaba. Según ha explicado, muchos de ellos están enfermos y la inmensa mayoría presentan síntomas de depresión.
"Nuestros abogados fueron a la zona en una misión para analizar el grado de respeto a los Derechos Humanos en el campo de detención hace un mes", ha explicado Marta Pardavi, vicepresidente del Comité Helsinki de Hungría, un grupo de defensa de los Derechos Humanos para solicitantes de asilo.
"La mayor parte de los inmigrantes vienen de circunstancias que les hacen más proclives a sufrir algún tipo de trauma psicológico. Por lo que sabemos, la situación por ahora está tranquila en el centro", ha añadido.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, siempre se ha mostrado firmemente en contra de aceptar la entrada de inmigrantes en Europa, ya que alegan que suponen una amenaza para el tejido socioecónomico de la región. Desde que comenzó la crisis migratoria, su Gobierno ha construido varias vallas para mantener a los solicitantes de asilo fuera de sus fronteras.