NUEVA YORK, 1 Oct. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Afganistán, Abdulá Abdulá, ha afirmado este miércoles que la caída de la localidad de Kunduz, capital de la provincia homónima (norte), en manos de los talibán demuestra que la presencia de tropas extranjeras sigue siendo necesaria en el país.
Los insurgentes se hicieron con el control de la ciudad el lunes tras una ofensiva relámpago, si bien el Ministerio del Interior ha anunciado este mismo jueves que las fuerzas afganas han conseguido recuperar la localidad.
En una entrevista concedida a la agencia británica de noticias Reuters, Abdulá ha defendido que las fuerzas afganas "hacen frente a una gran responsabilidad" desde la retirada el año pasado de la mayoría del contingente extranjero desplegado en el país.
"La necesidad de mantener el apoyo (internacional) a las fuerzas afganas es más evidente (a causa de la caída de Kunduz)", ha defendido, si bien ha reconocido que depende de Estados Unidos decidir si reconsidera sus planes.
"Por lo que entiendo, la visión de los generales y oficiales (estadounidenses) sobre el terreno (...) y la de nuestra cúpula militar es la de mantener el nivel de fuerzas más allá de 2016 si es necesario", ha desvelado.
Por otra parte, y en respuesta a las críticas vertidas contra el Gobierno tras la caída de Kunduz, ha reconocido que las autoridades deberán investigar las circunstancias que rodearon al suceso.
"Sabíamos desde hace tiempo que los grupos terroristas y los talibán se habían concentrado en Kunduz. Cómo se gestionó, qué pasó y cuáles son las debilidades que provocaron la caída de Kunduz deberá ser estudiado", ha manifestado.
Así, ha recalcado que "ahora es el momento de unirse en torno a las fuerzas de seguridad y ayudarles de todas las maneras posibles (...) para que la gente de Kunduz sea rescatada".
Por último, Abdulá ha manifestado que "sin el apoyo que los talibán reciben de Pakistán, la situación de seguridad habría sido diferente, por lo que es un problema importante".
La toma de Kunduz supuso la primera vez que los talibán se hacían con una capital provincial en los últimos 14 años, lo que ha llevado a cuestionar la capacidad de las fuerzas locales para hacerse cargo de la seguridad afgana tras la salida definitiva de las tropas internacionales.
Estados Unidos y la OTAN expresaron su confianza en que las tropas afganas recuperen la ciudad, si bien Washington confirmó el miércoles que "hay un número limitado" de fuerzas de la coalición internacional en Kunduz para "asesorar" y "asistir" a los efectivos locales.