Mural de Santiago Maldonado
REUTERS / ENRIQUE MARCARIAN
Actualizado: domingo, 22 octubre 2017 14:04


BUENOS AIRES, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Este domingo a las 8.00 horas, hora local (13.00 hora peninsular española) han abierto los colegios electorales para la votación en las elecciones para la renovación parcial de la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores en lo que está considerado un test crucial para el mandato del presidente Mauricio Macri casi dos años después de su acceso a la Casa Rosada.

Las elecciones, que se desarrollarán entre las 8.00 y las 18.00 horas con un total de 98.400 mesas habilitadas en los 24 distritos electorales, son también una prueba decisiva para las distintas corrientes del peronismo que compiten por reposicionarse y liderar a la principal fuerza de oposición.

El plato fuerte de la votación era la potencial vuelta a la arena política de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha quedado eclipsada por las novedades en el caso de la desaparición de Santiago Maldonado.

En estos comicios se renovará la mitad de la Cámara de Diputados, lo que equivale a 127 escaños, y un tercio del Senado, es decir, 24 asientos, para un mandato de cuatro y seis años, respectivamente, aunque ambas sedes legislativas se renuevan parcialmente cada dos años.

Los resultados decidirán el control político del Congreso, que actualmente se reparte entre la Cámara Baja, donde domina la coalición gobernante del presidente Mauricio Macri, Cambiemos, y el Senado, con hegemonía opositora.

Los sondeos sobre intención de voto auguran que el oficialismo repetirá la victoria que obtuvo en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebraron el pasado 13 de agosto. Entonces, Cambiemos fue el partido político más votado a nivel nacional.

Sin embargo, igual que en las PASO, en estas 'midterm' la principal batalla se librará en la provincia de Buenos Aires, no solo por ser la mayor circunscripción electoral de la nación suramericana, con diez millones de habitantes, sino porque Fernández de Kirchner aspira a ocupar un escaño en el Senado.

En el simulacro de agosto, Esteban Bullrich, candidato de Cambiemos al Senado, se impuso en la plaza bonaerense por un puñado de votos, asestando un duro golpe --si bien solo simbólico-- a Fernández de Kirchner: se adjudicó la nominación de su nueva alianza electoral para la cámara alta, pero quedó relegada al segundo puesto en la provincia.

En la misma línea, las encuestas conceden ahora a Bullrich una ventaja sobre la líder izquierdista que roza los cuatro puntos porcentuales. Pese a ello, el sistema electoral argentino, que reparte tres escaños por provincia --dos para el partido más votado y uno para el siguiente-- garantizaría a Fernández de Kirchner su irrupción en el Senado.

DE NUEVO EL APELLIDO KIRCHNER

Las elecciones legislativas permitirán a Fernández de Kirchner regresar a la primera línea política, de la que ha permanecido apartada --si bien no con excesiva distancia-- desde el 10 de diciembre de 2015, cuando expiró su mandato presidencial y debió ceder la vara de mando a su gran rival, Macri.

La antigua jefa de Estado ha repetido hasta la saciedad que no pretende volver a la Casa Rosada, aunque muchos ven en su candidatura como senadora una mera catapulta hacia las elecciones presidenciales de 2019, a las que sí podría concurrir, dado que la Constitución solo prohíbe encadenar más de dos mandatos.

Lo cierto es que Fernández de Kirchner ha demostrado un gran empeño por competir en la votación de este 22 de octubre, incluso renunciando al Frente para la Victoria (FpV), una alianza electoral de creación propia bajo la que gobernó Argentina entre 2007 y 2015, tras los gobiernos de su marido, el fallecido Néstor Kirchner.

La escasa popularidad con la que dejó la Presidencia, debido entre otras cosas a la debilidad económica y a los escándalos de corrupción --que aún colean-- provocó que parte del otrora oficialismo optara por darle la espalda para el primer test electoral tras la era Kirchner.

La izquierda apostó por Florencio Randazzo, del Partido Justicialista y exministro de Interior y Transporte de Fernández de Kirchner, como candidato al Senado por Buenos Aires y ella trató hasta el último momento que su antiguo subordinado diera un paso atrás para mantener la "unidad", pero no lo consiguió.

La nominación oficial de Randazzo no frustró las aspiraciones políticas de Fernández de Kirchner que, como ya hiciera hace una década, decidió crear una nueva alianza electoral que sirviera a sus intereses personales, en este caso bajo el nombre de Unidad Ciudadana.

La expresidenta es una de las figuras más influyentes de la política argentina, pero esta vez acude a las urnas perjudicada por el recorrido judicial de los casos de corrupción que empañaron sus últimos días de Gobierno. Esta semana, sin ir más lejos, la Justicia ha ordenado detener a su exministro de Planificación, Julio de Vido.

VUELCO A LA CAMPAÑA

Pese a la expectación suscitada, el potencial retorno de Fernández de Kirchner a la vida política se ha visto eclipsado en los últimos días por las novedades en el caso de Santiago Maldonado, un artesano de 28 años desaparecido el 1 de agosto y que se investiga como una desaparición forzada.

La campaña electoral quedaba suspendida el miércoles --a 48 horas de que concluyera-- por el hallazgo de un cadáver en el río Chubut, a tan solo 300 metros del lugar donde Maldonado desapareció en medio de una brutal acción de la Gendarmería para reprimir las protestas mapuches en la Patagonia.

La autopsia iniciada el viernes por un grupo de expertos, entre ellos el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense, conocido por su labor en la identificación de los restos mortales de las incontables víctimas de la dictadura militar (1976-1983), debe aclarar formalmente si se trata de Maldonado, aunque la familia ya ha reconocido el cadáver.

El destino del bautizado por la prensa local como 'joven artesano' ha tenido en vilo a todo el país porque se trata de uno de los pocos casos de desapariciones forzadas que se han dado en Argentina ya en democracia, cuando la sociedad y la clase política, incluido el propio Macri, todavía lidian con la herencia criminal del régimen castrense.

El caso Maldonado podría perjudicar especialmente a Macri por la lenta respuesta de su Ejecutivo y por un polémico historial de declaraciones en las que cuestiona las cifras oficiales de desaparecidos durante el Gobierno de los generales sugiriendo que no fueron tantas.

Por si fuera poco, su aliada Elisa Carrió --que lidera la Coalición Cívica, miembro de Cambiemos-- ha avivado el incendio. La diputada bonaerense aseguró primero que Maldonado podría estar escondido en Chile y tras el hallazgo del cadáver lo comparó con el mito de la criogenización de Walt Disney por su buen estado.

Fuentes del Gobierno han reconocido malestar por las palabras de quien es considerada la mano derecha de Macri, si bien en público han cerrado filas. El presidente se ha limitado a expresar su apoyo a la familia de Maldonado y a dar instrucciones a su Gabinete para "poner todo a disposición de la Justicia" con el fin de resolver "cuanto antes" el caso.

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