Los comicios están marcados por la discriminación a los rohingya y la firma del acuerdo de paz
MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las urnas de Birmania ya están preparadas para celebrar sus primeras elecciones desde el establecimiento en 2011 de un Gobierno civil, y las primeras completamente libres en los últimos 25 años en la pequeña nación asiática.
En los comicios están en disputa los 168 escaños de la Cámara de las Nacionalidades (Amyotha Hluttaw) y los 330 escaños electos de los 440 que integran la Cámara de Representantes (Pyithu Hluttaw).
En Birmania, el presidente es elegido de entre tres candidatos nominados por las dos cámaras del Parlamento y por los militares, que aún retienen una cuarta parte de los escaños en la sede legislativa. Una vez designado, el presidente forma gobierno.
La Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi parte como favorita a la victoria, si bien la Constitución prohíbe ser presidente del país a quienes no tengan la nacionalidad birmana y a quienes estén o hayan estado casados con ciudadanos extranjeros, como es su caso.
Si la LND se hace con la victoria, la activista se ha comprometido a acelerar las reformas democráticas, cribar las inversiones para limitar el impacto medioambiental y enmendar la Constitución.
En los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de que Suu Kyi se apoye en el presidente del Parlamento, el exgeneral Shwe Mann, para ejercer el Poder Ejecutivo, pero la premio Nobel de la Paz lo ha descartado esta misma semana, recalcando que ella "estará por encima del presidente".
Junto a la LND se presentan el Partido por la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (PUSD), que encabeza el actual presidente, Thein Sein; el Partido Unidad Nacional (PUN), de Than Tin; y la Fuerzas Nacional Democrática (FND), de Khin Maung Swe.
El excomandante militar fue elegido para el Parlamento en 2010, y posteriormente un colegio electoral le designó como uno de los tres vicepresidentes y a continuación como presidente. El mandatario aseguró en julio que no se presentaría a la reelección.
DENUNCIAS DE DISCRIMINACIÓN DE LA ONU
Por otra parte, las elecciones estarán marcadas por la situación de discriminación que sufre la comunidad musulmana roghinya, a la que el Estado no reconoce la ciudadanía y que, por tanto, no cuenta con derecho a votación.
La relatora especial sobre Derechos Humanos en Birmania, Yanghee Lee, reclamó la semana pasada a las autoridades del país que permitan a los musulmanes votar en las elecciones, expresando su preocupación por las políticas discriminatorias en el país.
"Es un punto de inflexión en la transición democrática en Birmania y reclamo a todos los implicados que garanticen que el respeto por los Derechos Humanos es un punto central en las elecciones, durante y después de ellas", dijo.
"Es vital que las elecciones sean celebradas en un ambiente que incite a la participación de todos los sectores de la sociedad. En este línea, es fundamental que las divisiones y las tensiones no sean manipuladas con fines políticos", agregó.
Así, expresó su preocupación por el hecho de que cientos de miles de personas se vayan a ver privados de sus derecho a participar en las elecciones, recalcando que muchos candidatos musulmanes han sido además descalificados de las listas electorales.
Lee resaltó que la "creciente influencia" de los movimientos extremistas religiosos y nacionalistas están detrás de este situación, lamentando la "aparente falta de acción" contra las "preocupantes" afirmaciones de líderes religiosos y miembros de partidos políticos, que podrían equivaler a incitación al odio contra las minorías.
En este sentido, denunció la "discriminación institucionalizada" contra la comunidad musulmana rohingya, así como la limitación de la libertad de movimiento en el estado de Rajine, donde reside mayoritariamente.
Por último, criticó la aprobación de cuatro leyes discriminatorias destinadas a "proteger la raza y la religión", alertando que no se ciñen a las obligaciones del país con el respeto a los Derechos Humanos.
EL ACUERDO DE PAZ
Birmania celebra elecciones, además, después de la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno y ocho grupos armados, lo que fue descrito por Sein como "un histórico regalo" para las futuras generaciones, subrayando que es el primer paso hacia una paz duradera.
Entre los firmantes está la Unión Nacional de Karen (KNU), la guerrilla más antigua de Birmania, que lleva 70 años desafiando al Gobierno. "El acuerdo es una nueva página en la historia fruto de unas negociaciones valientes", valoró su líder, Saw Mutu Say Poe.
Los demás firmantes son el Ejército de Liberación Nacional Karen (KNLA), el Partido de Liberación Arakan (ALP), el Frente Nacional Chin (CNF), la Organización de Liberación Nacional Pa-O (PNLO), el Ejército Benevolente Democrático de Karen (DKBA), el Frente Democrático de Todos los Estudiantes de Birmania (ABSDF) y el Consejo de Restauración del Estado Shan (RCSS).
Sin embargo, el Ejército Unido del Estado de Wa (UWSA), el principal grupo armado de Birmania y la Organización por la Independencia de Kachin (KIO), cuyo brazo armado, el Ejército por la Independencia de Kachin (KIA), controla zonas del estado de Kachin (noreste), han rechazado la tregua.
Desde su llegada al poder en 2011, después de décadas de junta militar, Sein estableció como una prioridad pacificar el país para sentar las bases del desarrollo económico y social. Birmania se ha visto envuelto en un conflicto armado con varios grupos étnicos que buscan una mayor autonomía desde su independencia de Reino Unido, en 1948.